Paz García es la creadora de la firma, diplomada en turismo a la que el destino llevó al mundo textil recién terminada la carrera. Comenzó como becaria en Inditex con 22 años donde estuvo siete años y fue el trampolín para el resto de su trayectoria. Se formó en diseño mientras trabajaba como responsable de diseño de la marca Hakei durante diez años. Consultora de múltiples firmas, llegó a un punto en que “no me sentía conectada con el formato, los ritmos y la presión… aprendí mucho pero no lo disfrutaba”.

Vio la pandemia como oportunidad para hacer un parón necesario y salir del circuito del fast fashion y comenzó a gestar la idea de tener su propia firma con la filosofía que buscaba en otras: ”Consciente, artesano y atemporal”. Así que en marzo de 2022 nace “NiN the label”.

NiN the Label (nombre inspirado en su escritora predilecta de la adolescencia: Anaïs nin): "Me lo preguntan mucho y surgió de una forma muy instintiva, mi frase favorita de ella es: "En el caos hay fertilidad”

“Me lo tomé como un proyecto personal sin expectativas y disfrutar de poder crear intuitivamente, me interesa la indumentaria y el estilo, pero no la moda y las tendencias que se devalúan. Comencé haciendo piezas bajo pedido para amigas y mi entorno pero a los 3 meses ya tenía mi primera clienta en Italia y estaba mandando un vestido a Candela Peña", explica.

“Participo en todo el proceso y me encanta, corto mis piezas una a una y en mis ratos libres estoy aprendiendo patronaje, mi intención es que todo dependa de mí en la parte creativa, pero la confección se la dejo a mis costureras de confianza, son las verdaderas artesanas y motor de mi marca”, dice.

Mi bisabuela era modista y confeccionaba uniformes en la guerra, mi abuela cosía y bordaba como nadie y mi madre es una artista del ganchillo, de hecho ella es mi gran apoyo, me ayuda con las pequeñas bomboneras de crochet que llevan el nombre de mi abuela Chicha y las piezas que hago “one of a kind”con crochet y sedas vintage

Pilares de la firma

• Prendas con tejidos orgánicos o sostenibles rescatados de fábricas textiles de toda España: "Tengo la suerte de contar con grandes amigos gracias a 20 años de trayectoria que me permiten rebuscar en sus almacenes tejidos nobles y especiales que nadie ha utilizado y que para ella son “joyas esperando a ser descubiertas”. También hace prendas “one of a kind” que mezclan crochet con sedas vintage ("comprados en un anticuario que siempre me avisa cuando tiene algo que sabe que me va a volver loca”).
• Ediciones limitadas: "Me adapto al tejido disponible y mi filosofía es no fabricar más metros de los ya existentes que generan tanto impacto innecesario cuando hay millones de metros esperando a ser utilizados". Por añadidura eso garantiza la exclusividad de sus piezas pues solo confecciona un máximo de 10/15 unidades por tejido.
• Tiempos de fabricación lenta y fabricar sólo lo que se va a vender, evitando stocks innecesarios.
• Mantener el oficio de la costura tradicional y piezas confeccionadas como antiguamente, con atención a los detalles y artesanalmente.
• Prendas de calidad para disfrutar toda la vida y que pasen de generación en generación ("Me hace muy feliz pensar que madres dejarán mis prendas a sus hijas…”).

Inspiración

"Aunque elijo mis diseños de forma muy intuitiva y no me cierro a ningún estilo, desde el primer momento supe que los motivos florales serían el foco de mi colección, pasé toda mi infancia en el campo y es mi vía de escape, la naturaleza es mi fuente de inspiración".

"Diría que soy bastante mística y mi vida está llena de rituales, así que también lo aplico a mi proceso creativo, cuido mucho la energía de mis prendas, escucho mantras mientras las corto o las plancho, las ahumo con palo santo y siempre les doy un propósito, que es hacer muy feliz a quien las luzca, quiero que mis clientas perciban el mimo que hay puesto en ellas cuando las reciben. Como digo siempre iba para meiga y me quedé en diseñadora”.

Proyectos

Ahora mismo su  venta está focalizada a través de  Instagram @nin.thelabel, donde enseña sus prendas para sus clientas. Instagram es una herramienta increíble que le permite vender a toda Europa aunque también le encantaría hacer ventas de una forma más tradicional y cercana.

“Una idea a la que estoy dando forma es tener mi propio Showroom y que las clientas puedan disfrutar conmigo la experiencia de elegir sus patrones, tocar los tejidos. Es algo que echo de menos. Consumo mucho vintage y es con lo que más alineada me siento, la prenda más sostenible es la que ya existe, así que valoro la idea de incluir una línea de prendas pre-loved. Me encantaría  mezclar piezas de los años 60 con un vestido de NiN”.