Una nueva retrospectiva celebra la vida y la visión del fundador de la marca Ferragamo presenta la retrospectiva Salvatore Ferragamo 1898-1960: un extraordinario viaje a través de la vida del fundador de la casa de moda para celebrar su espíritu pionero, sus creaciones y conexiones icónicas y su extraordinaria visión de la invención y la innovación.
Cien años después de la apertura de la primera tienda Salvatore Ferragamo en Hollywood en 1923, esta exposición conmemorativa destaca los hitos y capítulos más importantes de la historia del hombre, artesano y empresario visionario, el “Zapatero de las Estrellas”, que siempre se adelantó a su tiempo. Forjó una tradición sin parangón de creatividad y modernidad que aún hoy inspira a la maison y se refleja en cada una de sus expresiones de elegancia y excelencia.
Tras la primera retrospectiva itinerante inaugurada en 1985 en el Palazzo Strozzi –a la que siguió la fundación del Archivo Ferragamo y el Museo Ferragamo–, esta nueva exploración hacia atrás en el tiempo no sólo ilustra las ideas y obras maestras de Salvatore Ferragamo, sino que también es una importante oportunidad para reflexionar sobre el papel del Museo como sistema cultural y de conservación comprometido con un diálogo permanente entre el pasado y el presente, el patrimonio y la contemporaneidad, la marca y su comunidad global.
Una extraordinaria colección de documentos, objetos, obras de arte, fotografías y vídeos dan cuenta de su pasión sin límites y su visión de futuro, mostrando el estilo estético de los zapatos de Salvatore y revelando su importante contribución al renacimiento de la artesanía y la industria del Made in Italy.
La exposición reúne y conecta múltiples niveles de investigación e inspiración que se yuxtaponen y entrecruzan para ofrecer una visión profunda de la mentalidad del fundador: sus estudios anatómicos, su mano de obra experta y sus decoraciones, su experimentación con el color, su audaz investigación de formas y materiales y las diversas inspiraciones artísticas y culturales que finalmente llevaron a Salvatore de vuelta a Florencia, Italia, en 1927. La ciudad, emblema del Renacimiento.