"Nadie me ha conocido por mi cara, han conocido lo que hago", comenta la diseñadora Sybilla en un vídeo muy personal, que refleja la esencia de su trabajo y que se puede contemplar al final del recorrido de la exposición "Sybilla. El hilo invisible", un homenaje a sus 40 años de trayectoria.
Sus diseños y sus cuadros son su modo de expresión y su timidez una barrera infranqueable para la prensa, a la que no concede entrevistas.
Con una cadencia suave, explica a través de imágenes antiguas su modo de trabajo e indica que no mostrarse tiene que ver con el deseo de que Sybilla no se vincule a un individuo sino al grupo de personas que contribuyen a construir el proceso creativo final de sus colecciones.
"Nunca quise ser diseñadora, quería trabajar para amigos", dice Sybilla Sorondo-Myelzwynska (Nueva York, 1963), y diseñar era una buena excusa para estar juntos, para ganar dinero, para dar trabajo a gente que lo necesitaba y, sobre todo, "para vivir experiencias".
El resultado de ese recorrido son prendas por las que no pasa el tiempo, que parecen fáciles, "aunque no lo sean en absoluto", con las que pretendía que sus clientas hicieran una buena inversión.
Un proceso creativo que se puede contemplar desde este martes hasta el 15 de enero de 2023 en La Sala Canal de Isabel II en Madrid.
Laura Cerrato es la comisaria de "Sybilla. El hilo invisible", una exposición que recorre los diferentes estados creativos de la diseñadora. "La mejor que ha dado nuestro país", ha comentado a Efe, Cerrato.
En ella descifra los códigos que han sustentado las diferentes etapas por las que ha transitado. en las que ha habido una evolución: cambia cortes, colores, estructuras y técnica, "pero siempre es Sybilla".
Más de 80 vestidos procedentes de colecciones particulares, del Museo del Traje de Madrid, Museo Galliera de París, Museo del Diseño de Barcelona o Museo de Moda de Chile Museos, además de zapatos y complementos e imágenes de sus colecciones, diapositivas, invitaciones a desfiles o catálogos de exposiciones, se pueden contemplar en el recorrido.
Sybilla, Premio Nacional de Diseño de Moda 2015, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, 2014, señala que su proceso creativo es caótico y forma parte de un juego: "cómo convertir lo que dibujo en algo real".
Según apunta la comisaria, para la artista el proceso concluía cuando la fotografía del vestido estaba impresa, un momento de gran valor y expresión para ella. Prueba de ello es su vínculo con fotógrafos como Ouka Lele, Pepe Lamarca, Javier Vallhonrat, Miguel Oriola o Juan Gatti, bajo su mirada sus diseños pasan a un espacio plástico.
"Su propuesta no es convencional, sus prendas están al margen de las tendencias", indica Cerrato, que advierte que plantea la creación como un cuadro, prendas a las que aplica también códigos arquitectónicos y escultóricos.
"Crea piezas como trampantojos, no son lo que parecen", comenta señalando algunos vestidos multiposición que pueden lucirse de tres maneras diferentes o un abrigo de botones que se transforma en minifalda.
Su trayectoria tiene como objetivo una concienzuda huida hacia adelante para "evitar que la encasillen". Trabaja con el negro, pero también tiene rojos, verdes y amarillos en su paleta. Sus siluetas son fluidas, pero también con mucho volumen e incluso arquitectónicas.
Prendas naturales y sencillas conviven con otras sofisticadas, de la misma manera que lo sensual con lo sobrio. Lo extravagante y lo práctico se dan cita en un abrigo con cierre de pájaros, señala Cerrato, una manera de saber "combinar el humor y la elegancia".
Moldear la tela sobre el maniquí es lo que más disfruta, cuenta Sybilla, que crea desde la ensoñación, "de manera inconsciente", en cualquier papel, en cualquier momento.
"Si no hubiera habido tanto trabajo y tantas risas, no hubiera merecido la pena", concluye la diseñadora en el vídeo.