Gran parte de las tareas policiales en Galicia recaen sobre la Guardia Civil, dada la dispersión de la población y estos protestan porque zonas muy comprometidas, como la Costa da Morte, por donde entra el 80% de la cocaína que llega a nuestro país, no cuentan con los medios necesarios. La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (Jucil) señala que los agentes del Instituto Armado cuentan con una única patrulla para vigilar los cerca de 200 kilómetros de costa. 

No se trata de un caso aislado. Jucil considera que la escasez de medios humanos y la falta de materiales adecuados dificulta la tarea de control, vigilancia y defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos en las áreas rurales de la comunidad de Galicia, que suponen en torno al 85% del total del territorio. Aseguran que la falta de personal, un despliegue inadecuado para las características territoriales del siglo XXI y unos medios anticuados o inexistentes hacen que la labor de los guardias civiles resulte poco eficiente en una zona de España por la que entra una buena parte de la cocaína procedente de Sudamérica. Jucil critica que el delegado del Gobierno en la comunidad, José Miñones, a quien habían solicitado un encuentro sobre estos y otros problemas de los guardias civiles, no ha respondido a su petición, señala el secretario general de Jucil, Ernesto Vilariño.

"En más de una ocasión un agente recorre cincuenta o sesenta kilómetros para encontrarse con otro agente de otro puesto y así, poder llevar realizar una patrulla. Y lo hacen sin chalecos antibala, sin una funda antihurto para sus pistolas, sin una pistola táser eléctrica que evite el uso de balas”,  añade el secretario de comuniciación de Jucil, Agustín Leal. “Y lo vehículos de estas patrullas superan en muchas ocasiones los 300.000 y alcanzan en algún caso los 400.000 kilómetros” ha añadido el portavoz de JUCIL. 

Leal también pone de relieve que las unidades Usecic, es decir las unidades de intervención a nivel de Comandancia, que en A Coruña tiene 24 miembros, deberían ser al menos 100 y en el resto de las comandancias la situación es aún peor. “En grandes eventos, como en el reciente de Perlío, en Fene, hubo 12 guardias civiles para el control de más de 12.000 asistentes” asegura el representante de la asociación