Los socialistas tienen en las elecciones autonómicas gallegas una prueba en la que pueden obtener un doble triunfo: Ganar la Xunta y doblegar al líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El PSdeG ha logrado victorias en todas las citas electorales en Galicia excepto en las autonómicas tras las que, sin embargo, ya ha tenido dos presidentes con pactos progresistas: Fernando González Laxe (1987-1990) y Emilio Pérez Touriño (2005-2009).

En ese escenario, la ambición del partido es volver a ganar la Xunta, una opción a la que llega como tercera fuerza tras el BNG tanto en el Parlamento recién disuelto como en las encuestas, que en algunos casos ven posible la pérdida de la mayoría absoluta que dejó Feijóo en el PPdeG.

Esta alternativa pasaría por un pacto con el BNG que, hasta ahora, se ha repetido en ayuntamientos y diputaciones desde hace años, pues son dos socios estables y con sintonía a la hora de desarrollar políticas progresistas desde las instituciones.

Pero la victoria sería doble, pues Galicia es el feudo de Alberto Núñez Feijóo, el principal rival del presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, que ya ha dicho que tiene ganas de conseguir un triunfo en la comunidad.

Para eso se vuelcan los socialistas, que saben que con una subida de apenas cuatro puntos respecto a las anteriores autonómicas -tuvieron un 19 % de los votos- si el BNG sigue en torno al 30 %, el Gobierno gallego estaría en manos de ambas fuerzas.

De hecho, el PSdeG rozó otros tres escaños en 2020 por un puñado de votos, en Pontevedra por 96, en Lugo por 1.291 y en A Coruña por 4.267; los tres los habría perdido el PPdeG.

Y, por eso, apelan a lo que ocurrió en las pasadas elecciones generales del 23 de julio, en las que los populares tuvieron un resultado muy positivo, pero que no le habría llegado para gobernar Galicia ni le llegó para gobernar España, como habían pronosticado gran parte de las encuestas.

Contra eso lucha el Partido Socialista, contra unos sondeos que se equivocaron en julio al sobrerepresentar al PP y con unos estudios que ya mostraron en su día que sus votantes se activan en los últimos días de la campaña, entonces movidos para frenar a la derecha y contra las mentiras de sus rivales.

Necesita movilizar a un electorado que en las autonómicas tiende más hacia el abstencionismo que el de otras fuerzas, para lo que cree que introducir el debate estatal en Galicia puede ser positivo, como ocurrió el 23J, una idea que utilizó el PP en las municipales de mayo y, entonces, fue buena para los populares.

La campaña se centra en lo que definen "galleguismo útil" y que sirve, en palabras de su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, para "traer" elementos positivos a Galicia, como proyectos, inversiones e infraestructuras, y no para estar en el enfrentamiento y la reclamación constante actual.

Para eso Pedro Sánchez ya ha ofrecido su mano: "Con un socialista en Moncloa y un socialista como Besteiro al frente de la Xunta, a partir del 18 de febrero Galicia no rueda, ¡Galicia vuela!", aseguró con un juego de palabras con el nombre del actual presidente y candidato del PPdeG, Alfonso Rueda.

Besteiro: Experiencia en arrebatar poder histórico al PP

José Ramón Gómez Besteiro (Lugo, 1967) es licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela y esta es la primera vez en que se presenta a las elecciones autonómicas tras su retirada de la política en 2016 y su vuelta el pasado mes de marzo de 2023.

Con treinta años, cuando Gómez Besteiro ejercía la abogacía en su propio despacho, se incorporó al gobierno municipal de la ciudad lucense, concretamente en 1999, de la mano del exalcalde José López Orozco, y se hizo cargo entonces, entre otras funciones, de las competencias en materia de Urbanismo.

Entre 1999 y 2007 también ejerció este político socialista como portavoz del gobierno municipal de Lugo, hasta que el 14 de julio de ese último año llegó a la presidencia de la Diputación Provincial y se convirtió en el primer socialista en dirigir la institución, tras más de dos décadas de gobierno del Partido Popular, con el fallecido Francisco Cacharro al frente.

En las elecciones municipales del año 2011, el PSdeG-PSOE consiguió mantener el gobierno de la institución provincial y de Lugo capital.

Ya a mediados de 2012, después de cerrar su etapa al frente de la Secretaría General de la Agrupación Local del PSdeG-PSOE de Lugo, consiguió el respaldo de la militancia para convertirse en el nuevo líder del partido en la provincia.

El 15 de diciembre de 2012 organizó un encuentro en Lugo abierto a las bases, bajo el lema 'Partido Abierto, Gobierno Abierto', en el que participaron unas mil personas y donde anunció su intención de pelear por la Secretaría General del PSdeG-PSOE.

Durante seis meses, recorrió unos 10.000 kilómetros para visitar a los militantes de las agrupaciones locales del PSdeG-PSOE por toda Galicia y, cuando se procedió a la apertura oficial de la campaña para la Secretaría General, participó en un total de 63 actos en diez días.

El 7 de septiembre de 2013 se produjo su victoria, aunque investigaciones judiciales -todas archivadas-, lo llevaron a dejar el cargo antes de intentar optar a la Presidencia de la Xunta; si bien el pasado marzo de 2023 volvió a la vida política, confirmado el cierre de sus causas, como delegado del Gobierno en Galicia, tras lo que se convirtió en diputado en el Congreso y, ahora, en candidato.