Las valoraciones médicas en el juicio del Alvia siembran incertidumbre

Las valoraciones médicas en el juicio del Alvia siembran incertidumbre
El abogado de la acusación, Francisco Losada González (1d), a su llegada a la parte civil del juicio | EP

La tercera sesión dedicada a la comparecencia de médicos forenses en la parte civil del juicio que investiga el accidente de Angrois de 2013 continúa con comparecencias que siembran incertidumbre sobre la evaluación de las secuelas y el diagnóstico de patologías de las víctimas, y con disidencias entre los criterios médicos.

 

“En cualquier secuela puede haber una evolución, a mejor o a peor, pero, en concreto, en las secuelas neurológicas el pronóstico es muy incierto” ha señalado el primero de los declarantes este jueves en la Ciudad de la Cultura.

 

Además, ha proseguido, “es muy difícil valorar una lesión sobre el cerebro humano y cómo va a evolucionar”. En su informe este médico priorizó el trastorno depresivo reactivo porque entendió que tenía “más peso, entidad y gravedad” que el trastorno de estrés post traumático con el que han sido diagnosticadas la mayoría de las víctimas.

 

De todos modos, ha asegurado que “se podría discutir”, dado que “unas sintomatologías enmascaran a otras”.

 

Un criterio con el que también ha concordado otra de las médicas que ha reiterado a los letrados que “no puede haber independencia entre ambos cuadros médicos, porque solapan sintomatologías”.

 

Sintomatologías que no se manifiestan en periodos de tiempo idénticos para cada persona, lo que sumado a la decisión de lo que cada profesional sanitario entiende que encaja más con uno u otro pronóstico supone, a veces, una discordancia entre lo que se recogió en informes de hace una década y los historiales clínicos, en ocasiones más agravados, que algunas de las víctimas tienen hoy en día.

 

Por otra parte, la falta de aportación de documentación médica por las víctimas sobre patologías diagnosticadas con anterioridad al siniestro condiciona la valoración médica, ya que implica que no se pudiera tener en cuenta en la elaboración de los informes que ahora se están revisando en la instrucción.

 

Otro de los dilemas que ha surgido, y que viene siendo expresado en las anteriores sesiones judiciales de esta semana, es la ausencia de valoración médica sobre las cuestiones de perjuicio estético, es decir, la consideración de las heridas o cicatrices resultantes del accidente por su tamaño, aspecto y visibilidad, entre otros factores.

 

“En cuestiones de perjuicio estético los médicos somos igual de expertos que cualquier otra persona” ha expresado uno de los peritos forenses, tras lo que ha añadido que lo “único” que puede hacer es “describirle la cicatriz”.

 

Pero a algunos ese paso de proceder a la descripción parece costarles y ha llevado a que maticen al fiscal que “no hacen valoración”. De nuevo, la jueza a cargo de la instrucción, María Elena Fernández Currás, ha intervenido para asegurar que consideraba “pertinente” la pregunta.

 

En especial cuando se plantea un desacuerdo entre los rangos de gravedad de las lesiones recogidos en los informes médicos establecidos por la aseguradora de Renfe, QBE, que otorgaba una valoración de 6 puntos mientras que el presentado por la propia víctima ascendía hasta los 15.

 

Por ello, “es conveniente que un forense en su labor de asesoramiento además de describir secuelas las valore” ha insistido Currás. 

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