Salir a comer o a cenar con niños puede ser una experiencia muy positiva, pero para eso hay que elegir bien el local. Para evitar incomodidades, conviene fijarse en que el establecimiento cuente con instalaciones amplias, incluso con área de juegos propia o parque infantil cercano, y que disponga de trona o cambiador para los más pequeños. Si tiene menú infantil, siempre es un punto a favor. Y, sobre todo, que los niños y niñas sean bien recibidos, sin tener la sensación de que molestan a cada momento.
En este artículo te ofrecemos una selección de los mejores restaurantes de A Coruña y sus alrededores donde comer o cenar con niños.
Este clásico coruñés de la comida rápida recibe muy bien a niños y niñas en todos sus restaurantes. Cuentan con menú infantil completo y muy económico, tienen tronas en todos sus locales e incluso ofrecen actividades a los más pequeños, como dibujos y ceras para colorear.
El templo del raxo coruñés es un ejemplo de local "niño-friendly". Cuenta con zona infantil, donde organizan celebraciones y diferentes actividades para el público más joven. Se pueden pedir también menús especiales para niños y tienen un parking gratuito cercano.
Un restaurante con terraza a pie de playa, raciones sabrosas, abundantes y bien de precio, un mostrador con helados artesanos y un parque de bolas. ¿Se puede pedir algo más? Está en la playa de Bastiagueiro y se llama Varadero.
Este restaurante familiar, ubicado en la Zapateira, tiene unas vistas espectaculares de toda la ciudad. Y además organizan habitualmente fiestas temáticas, ideales para asistir con niños mayores y adolescentes. La siguiente será el sábado 13 de mayo: una cena pirata en la que La Pérgola se convierte en un cónclave donde, además de comer y beber, hay que lograr salir con vida.
La histórica cafetería Copacabana, que reabrió sus puertas hace un año, cuenta con una ubicación privilegiada para visitarla con niños y niñas, ya que está emplazada en los Jardines de Méndez Núñez. Aunque no tiene zona infantil como tal, está al lado de varios parques, zonas verdes, el palco de música e incluso los tradicionales caballitos de ruedas.