En un revés significativo para el gigante tecnológico Google, un juez federal de Estados Unidos ha dictaminado que la compañía mantiene un monopolio ilegal en el sector de la tecnología publicitaria online. Esta decisión judicial (de 115 páginas), emitida por la jueza Leonie Brinkema en Virginia, se suma a un fallo similar del pasado agosto que ya consideró que su motor de búsqueda ejercía ilegalmente su dominio para sofocar la competencia.
La demanda, presentada por el Departamento de Justicia de EE.UU. y respaldada por varios estados, acusaba a Google de abusar de su posición dominante en el mercado de la publicidad digital, afectando negativamente a los editores web, la competencia y, en última instancia, a los consumidores de información en internet. La jueza Brinkema concluyó que Google había "participado deliberadamente en una serie de actos anticompetitivos" para "adquirir y mantener poder de monopolio" en los mercados de servidores de publicidad para editores y de intercambios de publicidad.
Específicamente, el tribunal falló en contra de Google en dos de los tres cargos presentados, desestimando las alegaciones relacionadas con las herramientas publicitarias utilizadas por los anunciantes. La jueza determinó que Google había vinculado ilegalmente su servidor de publicidad para editores (DFP) y su intercambio de publicidad (AdX) para consolidar su dominio.
A pesar de la contundente derrota en estos dos puntos, la jueza Brinkema dictaminó que la adquisición de DoubleClick y Admeld por parte de Google no constituía una práctica anticompetitiva ilegal en sí misma, aunque reconoció que estas adquisiciones contribuyeron al poder de monopolio de la empresa en mercados adyacentes.
Google ha manifestado su desacuerdo con la decisión relativa a sus herramientas para editores y ha anunciado su intención de apelar el fallo. Según la vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google, Lee-Anne Mulholland, "los editores tienen muchas opciones y eligen Google porque nuestras herramientas de tecnología publicitaria son simples, asequibles y efectivas".
Este nuevo revés judicial para Google llega en un momento en que la compañía también se enfrenta a un juicio antimonopolio sobre su motor de búsqueda, donde el Departamento de Justicia de EEUU busca imponer medidas drásticas, incluyendo la posible venta de su navegador Chrome.
La decisión de la jueza Brinkema podría tener implicaciones significativas para el futuro de la publicidad online. Se espera que en una próxima fase del juicio se discutan las posibles soluciones para restaurar la competencia en los mercados afectados, lo que podría incluir la obligación de Google de vender parte de su negocio de tecnología publicitaria.
Este fallo representa una importante victoria para los reguladores antimonopolio de EEUU y podría sentar un precedente clave en la supervisión de las prácticas de las grandes tecnológicas en el ámbito de la publicidad digital. La batalla legal está lejos de terminar, pero este dictamen judicial marca un punto de inflexión en el debate sobre el poder de mercado de Google en la era digital.