Verónica Bolón es profesora de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de A Coruña. Hace unos meses fue distinguida con la medalla de la Real Academia de Ingeniería. La investigadora ha dirigido un proyecto STEMBach (para alumnado de 2º de bachillerato) sobre los sesgos que aparecen en los sistemas de inteligencia artificial (IA), además, forma parte de un proyecto financiado por el Instituto de la Mujer para asimetrías de género en la comunicación política digital y actualmente oferta un trabajo fin de grado sobre los desafíos éticos y técnicos en la lucha contra la discriminación algorítmica y el sesgo sistémico. Bolón cree además que la IA es una herramienta muy valiosa con una gran capacidad de contribuir a la sociedad.
¿Qué la motivó a especializarse en Inteligencia Artificial (IA)?
Yo no era una estudiante que tuviese una vocación definida, y acabé cursando Ingeniería Informática un poco de rebote. Cuando estaba en cuarto de carrera, había una asignatura que se llamaba “Inteligencia Artificial” y que me pareció super interesante, aunque en ese momento no estaba por supuesto tan de moda como ahora. Cuando llegó el momento de hacer el trabajo de fin de estudios, decidí hacerlo sobre inteligencia artificial. En ese momento descubrí mi pasión por la investigación, en particular por este campo tan multidisciplinar y transversal, que hace que estés todo el tiempo descubriendo cosas nuevas.
Recientemente ha sido galardonada con una importante distinción, la medalla de la Real Academia de Ingeniería, ¿qué significado tiene este reconocimiento para usted en el contexto de su carrera y para las mujeres en la ciencia?
Para mí fue un reconocimiento muy especial por venir del campo de la Ingeniería, un campo tradicionalmente dominado por los hombres. Por ejemplo, en mi titulación (Ingeniería Informática), solo hay aproximadamente un 13% de mujeres.
¿En qué dirección están trabajando en la actualidad en la UDC en el campo de la IA?
En la UDC llevamos décadas haciendo investigación de calidad en IA, con grupos de investigación punteros y ampliamente reconocidos. Además, contamos en el área de A Coruña con un ecosistema muy potente centrado en la IA, con grandes empresas tecnológicas o que usan IA habitualmente en sus procesos. Prueba de esto fue la decisión de que A Coruña fuese la sede de la AESIA (Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial), la primera agencia supervisora de toda Europa.
¿Qué medidas considera esenciales para fomentar una mayor inclusión de las mujeres en la ciencia y la tecnología?
Es esencial realizar actividades para dar a conocer estas titulaciones y también a referentes femeninos. En el campo de la ingeniería, por ejemplo, hay mucho desconocimiento y estereotipos. A menudo pensamos que el alumnado de estas titulaciones es “friki” y realmente no sabemos bien lo que hacen. Es interesante transmitir que en ingeniería informática se enseña a resolver problemas usando ordenadores, pero problemas de todo tipo para los que hacen falta habilidades multidisciplinares, y otras características históricamente asociadas a las mujeres como la empatía.
¿Cómo cree que la inclusión de más mujeres en el desarrollo de tecnologías de IA puede influir en el diseño y uso de estas tecnologías?
Es absolutamente necesario incorporar a más mujeres al desarrollo de tecnologías de IA. A menudo salen casos de sistemas de IA que tienen sesgos que discriminan a las mujeres, como el famoso caso del algoritmo de Amazon para contratación que descartaba todos los currículums femeninos. Mientras los hombres sigan dominando este espacio, el sesgo no reconocido se replicará y magnificará. Por ello, una de las soluciones para mitigar el sesgo algorítmico es contar con equipos diversos, lo que incluye aumentar el número de mujeres que trabajan en esta disciplina.
¿Hay algún proyecto en el que haya trabajado que integre la perspectiva de género en la investigación o aplicación de la IA?
He dirigido un proyecto STEMBach (para alumnado de 2º de bachillerato) sobre los sesgos que aparecen en los sistemas de IA. Formo parte de un proyecto financiado por el Instituto de la Mujer para asimetrías de género en la comunicación política digital y actualmente oferto un trabajo fin de grado sobre los desafíos éticos y técnicos en la lucha contra la discriminación algorítmica y el sesgo sistémico.
¿Qué consejos le daría a las jóvenes interesadas en seguir una carrera en inteligencia artificial o en campos relacionados con la ciencia o tecnología?
Les diría que es una disciplina apasionante, que está cambiando el mundo. Que es tan multidisciplinar y transversal que un día puedes estar trabajando con médicos y al mes siguiente con economistas o jueces, que nunca te aburres. Que tenemos la oportunidad de diseñar un futuro mejor, con el desarrollo de sistemas de IA que recojan nuestras necesidades femeninas y no sean discriminatorios, y que para eso las necesitamos a ellas.
¿Cuál es su visión sobre el futuro de la inteligencia artificial y el papel que jugará en unos años en la sociedad?
Los sistemas de IA ya nos rodean constantemente, desde que nos levantamos y desbloqueamos nuestro teléfono con la cara o huella digital, hasta cuando abrimos Netflix y nos recomienda una película. Cada vez se usará más esta tecnología para ayudarnos en campos como la medicina, la eficiencia energética, la personalización de contenidos, o cualquier tipo de asistencia. Debemos educar a la sociedad para que no le tenga miedo, pero al mismo tiempo que sea consciente de sus riesgos y limitaciones.
¿Hay algún proyecto o área de investigación en IA que le entusiasme particularmente de cara al futuro?
En los últimos años estoy trabajando en la llamada IA verde. Recientemente ha surgido una preocupación entre la comunidad científica porque se da la paradoja de que la inteligencia artificial es muy útil para resolver problemas derivados del cambio climático pero, al mismo tiempo, puede ser parte del problema, ya que hay algoritmos que consumen cantidades ingentes de energía, con sus correspondientes emisiones de CO2 a la atmósfera. El término IA verde tiene una doble vertiente: por una parte se trata de desarrollar algoritmos de IA que contribuyan a la sostenibilidad y a combatir el cambio climático y, por otra parte, de encontrar el camino para que los propios algoritmos sean más sostenibles y permitan reducir la huella de CO2 de los actuales.
Desde su perspectiva, ¿cuáles son los mayores retos éticos y sociales que plantea el avance de la inteligencia artificial?
Esta nueva tecnología va a suponer una revolución industrial, como otros avances en el pasado. Por tanto, será inevitable cierta transformación en el empleo, y por ello es necesario que la sociedad aprenda a usar los sistemas de inteligencia artificial. Por otra parte, nos enfrentamos a nuevos dilemas éticos como el derecho a la explicación (no siempre se pueden explicar los resultados que obtiene un sistema de IA), la desinformación (con las nuevas IAs generativas es muy fácil crear contenido falso), o el respeto a los derechos de la ciudadanía (como por eemplo la no discriminación, que comentábamos antes).
¿Cómo puede contribuir la IA a la creación de una sociedad más justa e igualitaria?
La IA es una herramienta muy valiosa para analizar grandes conjuntos de datos y sacar patrones relevantes. Esta cualidad se puede aprovechar por ejemplo para facilitar el acceso a la educación, proporcionando recursos educativos personalizados a los estudiantes. También es una tecnología con mucho potencial para planificar ciudades más inclusivas y equitativas, analizando datos sobre transporte, vivienda, etc. Por poner otro ejemplo, también puede mejorar la accesibilidad para personas con discapacidades a través de tecnologías como el reconocimiento de voz, traducción de lenguaje de signos, etc.