El ataque aéreo con drones sobre Cisjordania ocupada del Ejército israelí anoche, algo que no ocurría en ese territorio desde 2006, marca una nueva escalada en el conflicto palestino-israelí, que vive una violencia sin precedentes desde la Segunda Intifada y presagia una posible campaña militar israelí a gran escala.
Enfrentamientos armados entre tropas israelíes y milicianos en Yenín, que dejaron 7 muertos palestinos; un ataque de Hamás que mató a cuatro colonos; y agresiones de colonos contra pueblos palestinos, que dejaron un fallecido; han alimentado la espiral de graves incidentes violentos y mortales de venganza esta semana, que culminaron anoche en ese ataque aéreo.
Se trató de un "asesinato selectivo de una célula terrorista", según las fuerzas de seguridad israelíes, que recibieron información de inteligencia sobre un vehículo llevaba en su interior a tres miembros de la Brigada de Yenín, presuntos responsables de un tiroteo horas antes contra un puesto militar.
"Siempre estamos usando el elemento sorpresa. Estamos constantemente cambiando la ecuación contra los terroristas. Lo hicimos de nuevo ayer en Yenín", resaltó hoy el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Israel no llevaba a cabo un ataque semejante desde 2006, lo que marca un cambio de estrategia ante "el dilema de abrir una operación militar masiva sobre Cisjordania mientras evalúa sus implicaciones", indicó a EFE el Or Yisachar, ex oficial de la inteligencia militar y experto del Foro Israelí de Defensa y Seguridad.
Cisjordania vive su mayor pico de violencia en dos décadas, con 140 palestinos muertos este año, muchos milicianos pero también civiles -incluyendo 23 menores-, y la mayoría en enfrentamientos armados con tropas israelíes, que han intensificado sus redadas en la zona, sobre todo en el norte, en el área de Nablus y
Yenín.
En paralelo, ese área ha visto la proliferación de nuevos grupos armados palestinos, del número de ataques de éstos contra israelíes, así como de las agresiones de colonos. De lado israelí, han muerto 25 personas, la mayoría colonos, como los cuatro muertos el martes en una gasolinera de Cisjordania, frente al asentamiento de Eli, en un ataque cometido por dos miembros de Hamás.
"Estamos en una situación de tierra de nadie en lugares como Yenín o Nablus, donde la Autoridad Palestina ha perdido poder y legitimidad. Es el momento de decidir si entramos en una operación militar a gran escala o seguimos la actual estrategia de intercepciones, operaciones quirúrgicas de arresto o asesinatos selectivos", indicó Yisachar.
El experto consideró que la actual estrategia está topando el límite porque no está conteniendo la violencia y que "una operación a gran escala es necesaria para eliminar las capacidades militares de las milicias palestinas", aunque admitió que la decisión es política.
El propio Netanyahu, sugirió tal posibilidad al afirmar "todas las opciones están abiertas" tras el ataque en Eli. Pero mientras la jerarquía militar israelí no se ha pronunciado, los partidos de ultraderecha que integran la coalición gubernamental están presionado.
"Ha llegado el momento de una campaña militar. Tenemos que volver a los asesinatos selectivos desde el aire, derribar edificios, expulsar a los terroristas y terminar de aprobar la pena de muerte", afirmó Ben Gvir el martes en la gasolinera donde horas antes se perpetró el ataque mortal contra cuatro colonos, en la entrada al asentamiento de Eli.
En ese mismo "lugar de los hechos", Israel Ganz, gobernador del Consejo Regional de Binyamin -que aglutina 46 colonias en el centro de Cisjordania, incluida Eli-, ha desplazado su oficina y a todo su equipo, bajo una carpa, durante una semana de luto en memoria de los cuatro residentes de la región, enterrados ayer mismo.
"Una campaña militar es la única solución posible contra el terrorismo. Lo hemos intentado con operaciones precisas y específicas. Pero si la amenaza crece cada día y nos atacan, creo que se debería probar algo diferente para garantizar la seguridad de todos", afirmó el gobernador.
Ganz se refiere a la violencia de grupos palestinos, que Israel considera terroristas, pero obvia las sangrientas redadas militares -que no siempre son precisas y matan a civiles palestinos-, y minimiza las crecientes y virulentas agresiones de colonos contra aldeas palestinas.
Las localidades palestinas de Huwara, Turmusaya o Urif han sido en los últimos dos días objetivos de la furia de los colonos, que arrasaron propiedades, incendiaron coches y agredieron a palestinos en graves incidentes que dejaron un muerto y decenas de heridos.
"Hay una gran diferencia entre violencia y terrorismo. El terrorismo tiene como objetivo matar. Pero esa violencia fue provocada por una situación extrema, jóvenes enfadados que acaban de enterar a un amigo
brutalmente asesinado", señaló sobre esos incidentes.
De lado palestino, la Autoridad Palestina -que gobierna áreas reducidas de Cisjordania, controlada por Fatah y liderada por un impopular Mahmud Abás- envía mensajes vacíos de condena, mientras Hamás gana fuerza e influencia en este territorio en favor de la lucha armada.
"¿Qué mas puede hacer Israel? Entra en Cisjordania cada noche, arresta y mata palestinos", lamentó en a EFE el analista palestino Hamada Haber, quien consideró que solo la presión de la comunidad internacional y de EEUU puede desescalar la situación.
Haber detecta un cambio de postura. Hasta hace poco lsrael estaba interesado en sostener a la Autoridad Palestina como barrera de contención ante Hamás o la Yihad Islámica. Pero ahora, grupos ultranacionalistas, partidarios de la anexión de Cisjordania, están en el Gobierno, desinteresados en la supervivencia de liderazgo palestino alguno.