El papa Francisco llegó hoy a Lisboa para participar en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud con una apretada agenda que abarca hasta el próximo día 6 e incluye, entre otras actividades, una visita al santuario de Fátima.
El avión papal de la compañía Ita Airways aterrizó en la base militar de Figo Maduro a las 9.44 hora local (8.44 GMT), con unos 15 minutos de adelanto sobre la hora inicialmente prevista, y fue recibido al pie de la escalerilla por el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa.
El papa avanzó por la pista del aeropuerto en silla de ruedas y, tras una breve ceremonia de bienvenida, se trasladó al Palacio Nacional de Belém, residencia oficial del presidente, donde se reunirá en privado con Marcelo de Sousa.
Francisco abandonó el aeropuerto en un coche cerrado, identificado por su color blanco y la bandera vaticana, y rodeado de un fuerte dipositivo de seguridad.
En Belém, donde hoy transcurrirá buena parte del programa oficial de la visita, miles de fieles esperan al pontífice con música y en un clima festivo.
En su primera jornada en Lisboa, el papa se reunirá también con el primer ministro, António Costa, representantes del cuerpo diplomático y de la sociedad civil, y concluirá con un encuentro con miembros de la iglesia portuguesa en el que se espera una mención a la investigación que destapó 4.800 abusos a menores en los últimos 70 años.
Fuera del programa oficial, se ha anunciado una reunión de Francisco con un grupo de víctimas sobre la que no se han ofrecido detalles para proteger la privacidad de los participantes.
Esta es la segunda visita a Portugal del pontífice argentino, de 86 años, que en 2017 estuvo en el santuario de Fátima.