Las autoridades lograron dominar hoy el incendio que afectaba desde el sábado al municipio de Odemira, en el sur de Portugal, después de arrasar 8.400 hectáreas, provocar casi 1.500 evacuados y medio centenar de personas asistidas.
"Estamos en condiciones de declarar el incendio como dominado. Tenemos algunos puntos que merecen atención. Vamos a tener muchas reactivaciones durante el día", explicó en una rueda de prensa el comandante de Protección Civil, Vítor Vaz Pinto.
El fuego dejó a lo largo de cuatro días 1.459 personas evacuadas de forma preventiva de una veintena de aldeas y un cámping, y otras 43 tuvieron que ser asistidas por las emergencias médicas, de las que nueve fueron derivadas a un hospital, sin gravedad.
Las llamas, que se extendieron a los municipios vecinos de Aljezur y Monchique, también afectaron varias casas, aunque Protección Civil todavía desconoce si se trata de viviendas habituales o inmuebles de vacaciones.
Un complejo de turismo rural situado en Zambujeira do Mar fue destruido por las llamas.
El incendio afectó sobre todo a zonas de eucaliptos, alcornoques, madroños y matorral.
"Estamos hablando de muchas pérdidas del lado de la agricultura, pero también del turismo", señaló en la rueda de prensa el alcalde de Odemira, Hélder Guerreiro.
Sobre el terreno se mantienen más de mil bomberos, apoyados por más de 350 vehículos terrestres y una decena de medios aéreos, para realizar las últimas labores de extinción, a lo largo de un perímetro de 50 kilómetros.
Las autoridades investigan aún las causas de este incendio.
Al controlar las llamas en Odemira, la situación se estabilizó en Portugal después de vivir la peor ola de incendios de este verano.
En lo que va de año han ardido más de 25.000 hectáreas en incendios forestales en Portugal, más de la mitad sólo en el mes de agosto, según los últimos datos divulgados por el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF).
El pasado fin de semana, más de 7.000 hectáreas fueron calcinadas en Castelo Branco y Proença-a-Nova (centro), debido a un fuego que llegó a algunas casas, causó 14 heridos leves y dejó pérdidas millonarias.
En Leiria -a unos 130 kilómetros al norte de Lisboa-, dos incendios calcinaron el lunes más de 400 hectáreas en sólo un día.
A pesar de que la situación está más calmada, cerca de un centenar de municipios del interior de las regiones Centro y Norte del país se mantienen este miércoles en peligro máximo de incendio, según el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera.