El conjunto monumental de templos milenarios romanos de Largo Argentina, el lugar donde según la tradición fue asesinado Julio César y que permanecía olvidado entre el tráfico caótico del centro de la capital italiana, abre mañana, martes, sus accesos al público por primera vez desde su descubrimiento, a principios del siglo pasado.
"Ha sido posible abrir un recorrido que ilustra toda la historia del lugar y que no se limita a la historia antigua, sino que ha tenido fases sucesivas de destrucción y reconstrucción durante siglos", explicó este lunes en la presentación el superintendente de Bienes Culturales de Roma Claudio Parisi.
Se trata de un área con una historia de más de dos milenos de antigüedad: desde la Roma republicana e imperial hasta aquella en la que se reutilizaban las familias aristocráticas, iglesias y monasterios y que hasta ahora, los visitantes debían conformarse con observar desde las alturas.
Tras varios años de trabajo, desde este martes podrán también acercarse hasta las mismas puertas de unos templos cuyo origen se remonta al siglo IV aC. en un recorrido completamente accesible para personas con movilidad reducida y que incluye representaciones tridimensionales de algunos de los elementos expuestos que pueden ser tocados por invidentes.
El conjunto sacro consta también de dos áreas expositivas en las que se muestran sarcófagos, decoraciones arquitectónicas, epígrafes y dos cabezas monumentales pertenecientes a las divinidades de los templos y encontradas en las excavaciones de la zona.
Los cuatro templos se descubrieron hace casi un siglo, durante la demolición de unos antiguos edificios que sacaron a la luz uno de los conjuntos arqueológicos más importantes y antiguos de Roma.
Sin embargo, múltiples incendios y remodelaciones fueron cambiando su estructura hasta quedar sepultada bajo las calles de la Ciudad Eterna durante siglos.
Pese a la trascendencia de este espacio sagrado, aún no está claro al culto de qué dioses se dedicó cada templo.
Algunas de las hipótesis más asentadas señalan que en estos espacios se recordaba a la diosa Feronia, controladora de los bosques, la ninfa Juturna, deidad menor de las aguas y manantiales, los Lares Permarini, que protegían a los romanos cuando estaban de viaje, y la diosa Fortuna en una de sus múltiples formas.
Las obras de remodelación fueron financiadas por la firma de lujo Bvlgari con el dinero sobrante de la restauración de las famosas escaleras de la plaza de España de Roma y se prolongaron durante varios años.
Las instalaciones estarán abiertas al público de martes a domingo y será necesario comprar los billetes previamente.