Las fuerzas rusas continúan sus avances entre las ruinas de Marinka y tratan de cerrar el cerco en torno a Avdivka para ampliar su control en la región de Donetsk, mientras Ucrania se prepara para una larga resistencia entre dudas sobre la continuidad de la ayuda de Occidente.
“En las últimas semanas, las fuerzas rusas han tenido avances progresivos a través de las ruinas de Marinka, en Donetsk. Es probable que Rusia controle ahora su mayor parte”, informó en la red social X (antes Twitter) la inteligencia militar de Reino Unido.
La dependencia militar británica indicó que “las fuerzas ucranianas siguen controlando barrios en el extremo occidental de la ciudad”.
A su vez, el Estado Mayor de Ucrania indicó ayer que la zona más caliente del teatro de las operaciones sigue siento Avdivka, que Rusia pretende cercar desde octubre, y cifró en 25 el número de ataques rusos repelidos por los defensores ucranianos en las últimas horas.
La retaguardia ucraniana no se libró tampoco de ataques del Ejército ruso, que lanzó en la noche del martes 48 drones kamikaze Shahed, 41 de los cuales fueron derribados, informó la Fuerza Aérea de Ucrania.
Pese a la presión rusa en el frente, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, insistió ayer, con ocasión del Día de las Fuerzas Armadas, en que no hay alternativa a seguir luchando hasta la victoria sobre Rusia.
“Hemos dejado atrás 651 días de guerra. La victoria no espera. ¿Hay alguna alternativa? Todos sabemos que no”, dijo tras mostrarse convencido de que todos los territorios ocupados por Rusia serán liberados. El ministro de Defensa, Rustem Umerov, también se mostró optimista al afirmar en Fox News que Ucrania “está derrotando a Rusia, ha recuperado territorios. Y ahora tenemos un plan para 2024”.
Sin embargo, Kiev se toma en serio una posible reducción del apoyo occidental tras el fracaso de la contraofensiva, los esfuerzos de Hungría en bloquear la ayuda europea y las tensiones políticas entre demócratas y republicanos en Estados Unidos, que están entorpeciendo la asignación de fondos para Ucrania.
Una delegación integrada viajó a Washington para convencer a congresistas y senadores republicanos de que aprueben nuevos paquetes de ayuda. Ucrania alertó de que existe un gran riesgo de ser derrotada si no se desbloquea la asistencia estadounidense.
El Kremlin también aludió a esta situación, que calificó de “difícil” para Kiev. Rusia está centrada en sus objetivos y cree que sería preferible alcanzarlos por medios político-diplomáticos “pero mientras Occidente y los ucranianos rechacen estos métodos, la operación militar continúa”, zanjó el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov.