El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha pedido este jueves a Rusia que rebaje la tensión contra la seguridad europea, alertando del nuevo despliegue militar ruso en Bielorrusia, donde se prevén maniobras conjuntas a mediados de febrero.
"Los últimos días hemos visto movimientos significativos del Ejército ruso en Bielorrusia, este es el mayor despliegue ruso desde la Guerra Fría", ha asegurado Stoltenberg en declaraciones tras reunirse en la sede de la OTAN con el primer ministro de Macedonia del Norte, Dimitar Kovacevski.
Con el dirigente balcánico ha tratado la enorme concentración militar rusa en torno a Ucrania, que ahora mantiene 100.000 tropas frente a la frontera ucraniana.
A este movimiento se suman las maniobras en Bielorrusia, donde Moscú y Minsk realizarán ejercicios militares durante diez días, desde el 10 al 20 de febrero, en plena tensión con Europa por las repercusiones para la seguridad europea de la crisis en Ucrania.
Se espera que en los ejercicios participen unos 13.000 soldados y otros 3.500 paracaidistas, así como 800 carros de combate, entre blindados y tanques, a lo largo de la frontera sur, incluida la que linda con Ucrania.
OFERTA DE DIÁLOGO
En medio de las tensiones con Rusia, la Alianza Atlántica ha señalado que está lista para sentarse de nuevo con las autoridades rusas a discutir áreas de seguridad en los que la OTAN y Rusia puedan beneficiarse mutuamente.
La propuesta por escrito propone a Rusia negociar la reducción de armas nucleares, el control de misiles de corto y medio alcance o mayor transparencia sobre maniobras militares. La idea es continuar la senda de diálogo abierta el pasado 12 de enero en el margen del Consejo OTAN-Rusia, un foro que no se reunía desde mediados de 2019.
En todo caso, la organización militar ha asegurado que no negociará los principios de seguridad y ha rechazado de plano las exigencias rusas para que la OTAN vete la futura adhesión de países como Ucrania o Georgia.