El Gobierno interino de los talibanes prohibió este martes todas las actividades de Suecia, incluyendo el trabajo de las organizaciones no gubernamentales vinculadas a este país, tras la quema de un ejemplar del Corán en Estocolmo hace dos semanas.
"Tras insultar el sagrado Corán y la fe musulmana en Suecia, el Emirato Islámico (como se autodenomina el Gobierno de los talibanes) suspende todas las actividades de Suecia en Afganistán hasta que se disculpe por este acto odioso", afirmaron los fundamentalistas en un comunicado.
El portavoz adjunto de los talibanes, Bilal Karimi, afirmó a EFE que el veto es efectivo "a partir de la publicación del comunicado" y acusó al Gobierno sueco de permitir actos que "hieren los sentimientos de los musulmanes".
Entre los posibles afectados por esta medida se incluye el Comité Sueco para Afganistán (SCA), una de las mayores ONG activas en Afganistán centradas en los campos de la salud y la educación, y que cuenta con más de 7.400 empleados afganos, según la información de la organización.
El pasado 28 de junio, primer día de celebración del Aíd al Adha, un individuo de origen iraquí quemó en Estocolmo un ejemplar del Corán en un acto al que acudieron unas 200 personas, con fuerte presencia policial al coincidir con la fiesta del sacrificio musulmana y sin que se desarrollasen incidentes graves.
Ese acto, permitido por la Policía sueca, fue condenado a nivel popular y oficial en el mundo árabe e islámico, y países como Arabia Saudí, Marruecos, Jordania y Emiratos llamaron a consultas a los embajadores suecos en sus respectivos países.
El pasado enero, un ultraderechista quemó un ejemplar del Corán frente a la embajada turca en Suecia, lo que también causó protestas diplomáticas y la crítica del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y un día después un líder del movimiento antimusulmán Pegida, Edwin Wagensveld, destrozó una copia del Corán frente al Parlamento neerlandés en La Haya.