Uno de los proyectos de reforma más esperados por los oleirenses tendrán que esperar, valga la redundancia. La Diputación ha decidido que las obras de mejora de una de las vías de comunicación más icónicas del municipio se pospongan previsiblemente hasta el mes de septiembre ante el inminente inicio de la época veraniega y los perjuicios que esto ocasionaría para uno de los puntales económicos de Oleiros como es el sector turístico.
Según indicó el alcalde, Ángel García Seoane, aunque el proyecto constructivo ya está finalizado y también aprobado por el pleno de la Diputación, los trabajos no comenzarán hasta que los turistas y los veraneantes den por concluidas sus respectivas vacaciones. Lo que en la mayoría de los casos no suele ser hasta que finaliza el mes de agosto.
Cabe recordar que la iniciativa de mejora de la arteria se caracteriza principalmente por la desaparición de la emblemática mediana. También contempla la instalación de un nuevo pavimento en las aceras, la instalación de otro alumbrado público, dotación de mobiliario urbano y la creación de un espacio adoquinado, a la altura de la denominada plaza Afundida.
Los trabajos cuentan con un presupuesto de 1,6 millones de euros que serán sufragados casi en su totalidad por el Gobierno provincial. No obstante, García Seoane ya había anunciado en su momento que la mejora contaría con una importante partida económica municipal.
La obra podría coincidir en el tiempo con otra que cuenta con financiación provincial: la creación de un albergue juvenil en la conocida como Finca Tenreiro, en la parroquia de San Pedro de Nós. Precisamente, el Gobierno local oleirense ya contrató los trabajos de construcción por un montante de 475.000 euros y que se centrarán en la creación de vestuarios, cocina, comedor y dormitorios, instalación de calefacción y ascensor, y mejora de accesos para garantizar la accesibilidad de todos los usuarios.
La recuperación de este antiguo inmueble se integra en un plan de recuperación de edificios emblemáticos que emprendió hace ya décadas el Gobierno local oleirense. El propio García Seoane recordaba, en su momento, que todos los edificios emblemáticos e históricos del municipio fueron protegidos urbanísticamente a través del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM). A través de este documento se catalogaron numerosos inmuebles para garantizar su conservación ante su elevado valor patrimonial.
“Dada a importancia que o Goberno local lle outorga á historia e á arquitectura foise máis alá desa protección, procedendo a restaurar e incorporar oa patrimonio público 19 edificios que eran de propiedade privada. Entre eles o castelo de Santa Cruz ou o pazo de Lóngora”, indicaba el regidor, al tiempo que recordaba que había sido fruto de una árdua gestión municipal.