“Estos son vividores. Nada tienen que ver con los que no tienen vivienda y ocupan, algunas veces, las de los bancos. Yo ahí (en el caso de las entidades financieras) ya dejo que vuele la imaginación de cada uno, pero no puede ser que se ocupe la vivienda de un particular”, así de categórico se mostraba el alcalde de Oleiros al respecto del último episodio de okupación registrado en el municipio.
Y es que Ángel García Seoane denunció ayer, en declaraciones a la emisora local de la Cadena Ser, que un grupo de okupas se han instalado en una vivienda unifamiliar ubicada en las inmediaciones de la playa de Bastiagueiro.
Se da la circunstancia de que el supuesto allanamiento está protagonizado por personas que en el año 2020 se establecieron en una casa situada en la avenida de As Mariñas.
“Esta misma gente ya ocupó otra casa en Perillo. Meten gente dentro y se valen de la presencia de niños y menores para que no se les pueda echar. En aquella ocasión llegaron a pedir 3.000 euros para marcharse”, añadió el regidor.
“Es un escándalo lo que está pasando en este país. ¿Cuándo se van a cambiar las leyes para que no se puedan ocupar viviendas de personas que trabajan duramente para tener una propiedad? No se pueden permitir este tipo de actuaciones por lo que el Ayuntamiento prestará toda su ayuda para que en cinco días la casa esté desalojada” apostilló.
No obstante, quizás las previsiones del alcalde sean excesivamente optimistas. Cabe recordar que en la okupación registrada en junio de 2020 duró varias semanas, a pesar de las protestas de los propietarios y de los vecinos de Perillo que, incluso, participaron en manifestaciones.
Finalmente, el desalojo se produjo a finales del mes de julio y los protagonistas de la okupación optaron por instalarse en otra vivienda, pero en la ciudad de A Coruña. La presencia de un perro en la casa y la pronta actuación de la Policía Local impidió que su actuación llegase a buen puerto.