Tengo la mejor de las opiniones sobre Gabriela Cañas, como también la tenía de Fernando Garea, ambos periodistas de largo recorrido, con un buen currículum profesional, así como de otros que les antecedieron en el cargo. De manera que no me chirrió en su día, que fueran nombrados para presidir la Agencia EFE.
De Miguel Ángel Oliver mi opinión de él deja mucho que desear en vista de su labor al frente de la Secretaría de Estado de Comunicación, desde donde se desempeño con un sectarismo insoportable y, no solo durante la crisis del Covid, donde su actuación fue un ataque día sí y día también contra el libre ejercicio del periodismo. Lo que me sorprende es que los medios de comunicación que aplaudían a Miguel Ángel Oliver, que le hacían la pelota, que jamás cuestionaron su actuación, que no dijeron ni escribieron una sola palabra sobre su desempeño en la Secretaría de Estado de Comunicación, ahora se ponen a la cabeza de la manifestación señalando que no es un periodista idóneo para presidir la Agencia EFE. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado? De repente hay quienes parecen haberse caído del guindo defendiendo la “independencia” de EFE que, auspician, se pone en peligro si esta depende de Miguel ángel Oliver, del que hasta hace unos días no decían ni “mu”. Por tanto, más allá de que no comprendo por qué se cesa a Gabriela Cañas, la cuestión es si ese cese se debe a que Pedro Sánchez ha querido pagar a Oliver los servicios prestados y no se le ha ocurrido nada mejor que nombrarle Presidente de la Agencia Efe. Es decir, si detrás del cese de Gabriela Cañas y el nombramiento de Miguel Ángel Oliver lo único que hay es una decisión arbitraria. La realidad es que el Presidente viene siendo leal a sus amigos, a sus incondicionales, a los que coloca donde haga falta más allá de sus cualidades.Sí, Sánchez guarda rencor eterno a quienes no le secundan, pero lealtad pagadera a quiénes sí lo hacen, aunque eso implica considerar el Estado como una agencia de colocación para sus leales. Pero vuelvo a insistir, me gustaría saber si quienes ahora critican al Presidente es porque se han “caído” del caballo camino a Damasco, y se dan cuenta de las arbitrariedades que viene llevando a cabo o por otras razones que se me escapan. Esa es la cuestión.
Por cierto que cuando yo me caí del caballo camino de Damasco me dí un sonoro porrazo.