De entre todas las aplicaciones posibles del “vivir na Coruña que bonito é, andar de parranda e durmir de pé” poco podría imaginarse el cancionero popular que se podría asociar incluso a la organización de una orgía. Pero exactamente esas estrofas podrían recitarla el centenar de personas que han adquirido una entrada para la bacanal que tendrá lugar, tal y como adelantó El Ideal Gallego, el próximo 21 de diciembre en la ciudad y que se anuncia como “desenfreno, sexualidad, morbo y placer, una gran orgía de sensaciones para avivar los instintos más básicos del ser humano, sus deseos más ocultos y dar rienda suelta a los placeres más carnales”. En menos de 15 días las entradas han volado.
A pesar de que la ubicación permanecerá en secreto hasta 48 horas antes, el lugar será “privado y excelente”, según la organización. Detrás de esta celebración sin precedentes está un grupo canario denominado Bacanal Party, con una dilatada trayectoria en las islas. De hecho, A Coruña ha agotado el aforo a un ritmo muy superior a Las Palmas y Tenerife, de lo que podría deducirse que los herculinos son mucho más 'fogosos' que los canarios.
Los asistentes a la orgía, que durará catorce horas, encontrarán camas, sofás, duchas y piscina, entre otros muchos servicios. “Habrá cuerpos esculturales ataviados con máscaras, vestidos muy sugerentes y, al comienzo, se deslizan por las estancias, copa en mano, empiezan a intimar”, describe el anuncio oficial. El alcohol, los lubricantes, los productos de higiene y los preservativos serán gratuitos y a granel.
La única condición es la utilización permanente de máscaras para preservar la intimidad, al menos en las zonas comunes. El ambiente recordará, y mucho, a la película póstuma de Kubrick 'Eyes Wide Shut'. “No es un evento abierto para todo el mundo, sino reservado a unos pocos elegidos”, apuntan desde Bacanal Party.
Los cien asistentes han desembolsado un total de 270 euros por el servicio completo y serán informados horas antes de dónde disfrutarán de una de las experiencias más singulares de sus vidas. Al menos desde el punto de vista del placer.