La galería Bomoble ofrece una muestra de Chelo Facal (1953), que se formó en la Escuela Pablo Picasso, en cerámica, moldes y decoración. Cuenta con una amplia trayectoria expositiva, ha realizado numerosos carteles para eventos públicos y ha recibido premios como el Primer premio de Artesanía de Buño, en 2009 y el Primer Premio Internacional de Cerámica de Módena- Italia, en 2003; también ha realizado murales y obras públicas para el Ayuntamiento de Oleiros y el Museo arqueológico de Cambre, entre otros. Se trata de una artista multifacética, entre cuyas manifestaciones está la pintura, el modelado, la cerámica, la escultura o el collage; de todo lo cual hay significativos ejemplos en esta exposición. Hay que destacar también la variedad expresiva, ya que, aunque la figuración está en la base de su obra, la trabaja de un modo sui generis y adopta formas diversas, a veces cercanas al expresionismo, y también hay obras donde aparece la abstracción.
Todo ello demuestra la libertad configurativa de la que se nutre su inspiración. Se abre la muestra con un grupo de cuatro obras, que titula “El despertar”, donde aparecen tres delicados desnudos femeninos en tonos ocre y siena vistos de espalda, y un gatito de frente perfilado de negro, con lo que hace una relación entre humano y animal. El óleo “Entre dos mundos” crea un contrapunto simbólico entre una joven encerrada en una especie de ventana o cabina color tierra y un espacio acuático en el que flotan dos peces y dos azuladas figuras femeninas que pueden verse como trasuntos de las ansias de libertad de la mujer.
La serie “Renacer” está formada por cuatro obras al pastel: un rostro de tonos tierra con toques rojos perfilado de amarillo, que expresa asombro y tres figuras femeninas, una de las cuales se yergue elegante entre planos abstractos y otras dos tienen configuración expresionista. Hay un conjunto de diez pequeños cuadros, titulado “Composición”, donde alterna el bodegón tradicional de búcaro con flores rojas, con otros más delicados en todos ocre amarillo y siena claro y con la figura femenina sentada en un paisaje o tumbada en su cama; destacable, en este conjunto, es la obra, en la que con trazos sintéticos, dibuja a una chica sentada frente a una mesa con vaso de bebida y cigarrillo. entre dos collages que llevan el letrero FAIXA DE GAZA y “clara violación do dereito”. Entre la obra de bulto, hay piezas de cerámica con dibujos lineales de tonos blancos y azules, como “Mujer sentada”, “Florero” y “Desnudo”; también presenta esculturas, como “El monje”, “Cabezón” o “Busto de mujer”, donde prima la expresividad de las texturas de cerámica. Singulares son las instalaciones en las que combina piezas escultóricas de barro cocido o de cerámica refractaria con maderas encontradas que conservan los efectos de la erosión. En conjunto, la exposición da testimonio del dominio de lenguajes varios y de la singular creatividad de Chelo Facal.