La ciudad como cubierta

Lo que más le sorprendió a una amiga santiaguesa cuando vino a residir a tierras herculinas fue la fluida vida callejera de la ciudad. “Es martes, es invierno, llueve y hace frío, son las ocho y hay gente en los bares”, me escribió sorprendida por SMS (hablamos de la era pre-WhatsApp). Le contesté que eso era así “desde la noche de los tiempos”, que diría Paco Vázquez. Que además de los títulos de la propia ciudad (el de “muy noble” y los otros que lucen en la fachada del Ayuntamiento) y los del Depor, A Coruña ostenta también el título de “ciudad más divertida del mundo”, concedido allá por 1895 un tal Pablo Ruiz Picasso, pintor.


Le dije también que el acervo popular esconde mucha sabiduría, y de ahí eso de que “mientras Vigo trabaja, Pontevedra duerme y Santiago reza, A Coruña se divierte”. Le añadí que eso que se canta en los días de fiesta de “vivir na Coruña que bonito é / andar de parranda e durmir de pé” está basado en hechos reales.


Pero nadie lo ha explicado mejor que nuestro Wenceslao cuando proclamó aquello de “La Coruña vive en la calle” y la comparó con un barco. “Los habitantes de una ciudad suelen dividirse en clases —alta, media, baja—; los moradores de La Coruña estarían mejor determinados con estas denominaciones: tripulación y pasaje”. El pasaje es mayoría, porque “la gente está en sus casas el mismo tiempo y para lo mismo que se está en un camarote; para arreglarse, para cambiar de traje, para dormir”. La cubierta por la que pasea es la propia ciudad, y “si algún pasajero dejase de ir un día entero a la cubierta, los demás comenzarían a preocuparse. ¿Qué le sucede a Fulano, que no ha salido hoy del camarote?”, se preguntarían.


Viene esta reflexión a cuento porque un informe que hoy publicamos en El Ideal Gallego nos dice que 2023 es el año que más veces hemos ocupado la calle, al menos desde que tenemos estadísticas. ¡Pues imagínense cómo será 2024!: aún no hemos llegado ni al San Juan y ya hemos salido en masa por lo del Leyma y por lo del Depor (en este caso, varias veces). Que no pare la fiesta.

La ciudad como cubierta

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