Estos días previos a su sesión de investidura, Alberto Nuñez Feijóo se está reuniendo con empresarios, dirigentes sindicales y políticos, supongo que en un intento de tener presencia pública. Y sin embargo.... Sin embargo es sorprendente que un líder político como Alberto Nuñez Feijóo no dé una a derechas desde aquel debate en televisión con Pedro Sánchez, en la que, sin duda, ganó por goleada al Presidente pero, ya digo, desde esa noche entró en barrena y va de mal en peor. En realidad va de error a error como si en vez de un político solvente fuera un aficionado.
No dudo que ha sido un buen presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia, la prueba es que ha ganado elección tras elección y que allí acuñó fama de buen gestor.
Pero la política nacional es otra cosa y Nuñez Feijóo no está demostrando tener la consistencia política suficiente para ser un líder de ámbito nacional. No es que sus dotes de gestor se hayan evaporado, es que lo que le falta son dotes como político para hacer frente a la excepcional y compleja situación por la que atraviesa nuestro país. En una situación de normalidad seguramente a Alberto Nuñez Feijóo no se le notaría el cartón piedra, pero hoy, aquí y ahora, son clamorosos sus déficits como político. Y teniendo en frente a Pedro Sánchez esa evidencia es mayor.
Para empezar el actual equipo que gobierna el PP, es decir el equipo Feijóo, no es un equipo solvente, salvo alguna excepción como la de Borja Semper y estirando mucho, González Pons. Lo cierto es que no dan una y lo único que han demostrado es que deberían de recibir clases de táctica y estrategia.
La noche del 28 de mayo, en el que Pedro Sánchez tomó una decisión audaz: convocar elecciones generales ante el desastre sufrido por el PSOE en las elecciones municipales y autonómicas, Nuñez Feijóo y los suyos se dedicaron a felicitarse y a celebrar su éxito en vez de sentarse a diseñar una estrategia a seguir para afrontar las elecciones generales.
La decisión de dejar que los líderes del PP en cada Comunidad hicieran lo que les viniera en gana fue uno de esos errores que han tenido consecuencia. El 29 de mayo en la Comunidad Valenciana el líder del PP, Carlos Mazón, con unas prisas inexplicables estaba cerrando un pacto con VOX. Un error de libro. Y a partir de ahí errores en cascada. Quienes hayan visto las películas de Superman entenderán el símil: Vox es la criptonita del PP.
Quienes pensaban votar al PP en las generales dieron un paso atrás puesto que el PP abría la puerta a gobernar con VOX en Comunidades y ayuntamientos y por tanto en el gobierno de España.
Luego vino el numerito de Extremadura, Murcia y todos los demás incluidas declaraciones de los líderes de VOX que demuestran de que pasta están hechos y como nos quieren retrotaer a la España en blanco y negro. De ahí que las apariciones públicas del señor Nuñez Feijóo hayan sido bastante desastrosas, entre otras cosas, porque es difícil explicar los pactos de su partido con VOX. Por eso se dio de bruces con las urnas el 23 de julio.