Hace apenas unos días, el secretario de Estado de Seguridad Social presentaba los datos de paro registrado en el SEPE y afiliación a la Seguridad Social del mes de diciembre y por tanto de todo el año 2022. A Borja Pérez se le fue el relato de las manos al calificar los datos de espectaculares, asombrosos y sensacionales. Un mes más, el Gobierno evitó hablar de los trabajadores con contrato fijo discontinuo y otros que distorsionan claramente la estadística de la realidad del desempleo en España. De hecho, ya se conocen los datos de diciembre de este tipo de contrato y han aflorado un total de 600.000 en el año, al sumar otros 46.000 más que en el mes de noviembre.
Como se ha explicado ya en reiteradas ocasiones, desde que se puso en marcha la reforma laboral de Yolanda Díaz, este tipo de contrato ha pasado de ser algo residual a prácticamente sustituir a los contratos temporales. La particularidad es que la relación laboral continúa y aunque el trabajador esté en casa mano sobre mano y cobre el paro, no figura en las listas de desempleados del SEPE. No se cuentan como parados, así que obviamente el número de parados reales no es el que se publica por Trabajo. Es una maniobra que no es nueva ya que algo parecido hizo el entonces ministro de Zapatero, Jesús Caldera, con la regularización de inmigrantes y con los cambios que propició en el sistema que medía el paro. Fue el famoso “tipex”, una operación denunciada en aquel entonces, 2008, por el número dos de las listas del PP al Congreso, Manuel Pizarro.
Pero, la realidad es tozuda, puedes manipular las estadísticas y que te queden bonitas, pero al final se imponen las cifras frías y contundentes. El lunes, la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, hizo públicos los últimos datos del paro de la eurozona y mientras la tasa de desempleo se mantuvo estable en el 6,5%, fatalmente España se situó de nuevo como el farolillo rojo, con una tasa del 12,4%. Estamos un punto por encima de Grecia, 6 por encima de Portugal, 5 de Francia e Italia o a más de 8 de Alemania. Además, la tasa de paro de jóvenes desempleados menores de 25 años en el caso de España, también es la más alta de los 27, por delante de Italia o Grecia.
Parece, según cuenta “El Economista”, que Trabajo ha decidido corregir en parte el borrado de los fijos discontinuos del paro registrado. Ha empezado por convertir a 122.000 de ellos en demandantes con relación laboral. Es un paso, un primer reconocimiento ante un escándalo que estaba tomando cuerpo. Incluso un informe de Fedea y otros expertos han mostrado estos días que estos “cambios estadísticos” estaban dificultando el seguimiento de la realidad del mercado laboral en España que es mucho más dramática de lo que nos cuentan oficialmente.