Feijóo no se altera

No podía dar crédito, al igual que millones de españoles, a las palabras de Margarita Robles cuando esta, en una larga y reiterativa intervención, trató de convencer que a la ya ex responsable del CNI no se le cesaba sino que se le sustituía. La escuché desde Galicia y esa misma noche decidió comparecer ante los medios aunque lo anunciara a la mañana siguiente. Y allí, desde Galicia, Alberto Núñez Feijoo, que ya sabía que Sánchez les había llamado “mangantes”, reiteró que el PP es un partido de Estado y recordó algo tan obvio como que el Presidente del Gobierno no tenía el menor interés en pacto alguno con el principal partido de la oposición.


Feijoo no es de los que se altera ni de los que va a entrar a trapo alguno que desde el Ejecutivo, con su alquimia política, vaya a poner para intentar que el líder del PP se altere y así, según el razonamiento de los pensantes de Moncloa, muestre una cara adusta y enfadada. Feijoo no va a entrar al trapo y menos si quien le responde es Adriana Lastra, a quien ignora por completo.


Pedro Sánchez es ya un viejo conocido tanto para los ciudadanos como para quienes están en el ruedo político y Feijoo le ha tomado la medida pero el presidente del Gobierno no se la ha tomado a él y se va a encontrar con un adversario que se las sabe todas y sabe, sobre todo, que si quiere ganar las elecciones no se puede parecer lo más mínimo a quien hoy está en Moncloa.


Feijoo no se altera y su estrategia no pasa ni por las ocurrencias, ni por los enfados. Su estrategia es que quien le vea y escuche, perciba que él tiene madera y prestancia para ser presidente del Gobierno y de ahí no se va a apartar, de manera que nunca le veremos llamar mangantes a los socialistas y, ni mucho menos, veremos su mandíbula desencajada como tantas veces hemos visto la de Pedro Sánchez. Todas las encuestas indican el claro desgaste del PSOE, y como Feijoo ya sabe que lo de las encuestas favorables pueden ser un arma de doble filo, ya ha aconsejado a los suyos que no les hagan mucho caso porque, aunque se gane, si uno se queda alejado de las expectativas, la lectura que se hace es la de fracaso.


Feijoo no se altera porque ya sabe que Sánchez no se va a desviar ni un centímetro de su estrategia que no es otra que salvar la “mayoría de progreso” cueste lo que cueste y por ello se ha cesado a la directora del CNI. Por eso Bolaños voló raudo a Barcelona y por eso se entrevistará con Aragonés probablemente antes de su comparecencia en el Congreso. Nadie debería sorprenderse de que todo el escándalo que el propio Gobierno ha organizado en torno al CNI trate de ser disimulado, de darle bajonazo con algún anuncio por sorpresa. Algo se maquinará en Moncloa para intentar salir del atolladero en el que de manera irresponsable se ha metido el Ejecutivo.


Feijoo cuenta con ello pero ya tiene bien decidido que no va a bailar al son que marque Moncloa, que no va a caer en los charcos “que quieren que caigamos para luego afirmar que somos como VOX. Sea lo que sea tendremos que ver cómo Adriana Lastra nos dice eso de que no tenemos sentido de Estado. Que sigan, que sigan porque ellos solos se están cavando su tumba política y aunque tratemos de sacarles de su error, la respuesta de Sánchez va a ser la altanería y la de Feijoo la seriedad. Sánchez todavía no sabe bien a quien tiene enfrente, pero Feijoo ya le ha tomado la medida”.

Feijóo no se altera

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