A Coruña cuenta con una nueva sala de exposiciones, la galería MaicArt, situada en Cordonería,10, un excelente Espacio Creativo (según reza el subtítulo) montado con exquisito gusto por su promotora, la artista Maica Gómez (Palmeira, Ribeira, 1968) y que ha inaugurado con su propia obra, bajo el título de “Perfectamente imperfecto”. Maica Gomez se ha formado en la Escuela Pablo Picasso, donde se especializó en Escultura, aunque su espíritu inquieto e investigador la ha lleva a otras disciplinas, especialmente la pintura que es la base de esta muestra.
En ella presenta una colección de obra que, aunque tiene como base la abstracción, está llena de sugerencias que remiten a los horizontes e inmensidades marinas o a los celajes y luces celestes vistos desde la mirada interior, desde esa percepción anímica que sacude lo más hondo de nuestro ser cuando algo nos conmueve. En este sentido, podemos decir que ella hace poesía visual en la que late, sin duda, la vivencia entrañable y un tanto panteísta de sus paisajes de Ribeira y que utiliza el color y las texturas como metáforas sinestésicas donde lo visible se enriquece con lo táctil para crear evocaciones de lo inefable, de ese algo que no puede decirse, pero que va impreso en el alma de quien ha nacido artista.
Así puede captar, en un perfecto juego de complementarios, la esplendente y radiante luz solar del verano, expandiéndose entre dos bandas de celeste azul turquesa, como hace en el díptico “Summer”; o puede reflejar la placidez de una visión veraniega del mar, como en el cuadro “Calma”, donde hay una evocación del gozo y la paz que siente frente al mar de su tierra. Excelente es también el contrastado acorde complementario de naranja-rojizo y turquesa-esmeraldino del díptico “Kuramathi Candy” con la que crea la evocación paradisíaca de sus vacaciones en esta isla. “Luz en la oscuridad” configura un simbólico paisaje, en el que un sombrío horizonte se extiende entre dos planos de dorada claridad.
El cuadro que da título a la muestra está formado por planos blancos, negros y rojos de quebrada geometría que transmite la noción de que siempre hay algo imprevisible que rompe la forma idealmente proyectada y que es precisamente ahí donde reside la gracia de la vida y, -como ella dice-, es una forma de crítica a los patrones que quieren imponer lo que es válido.
Hay una serie de obras que titula “Sombras” realizadas con manchas sueltas en diferentes tonos de gris sobre un fondo blanco que sugieren proyecciones o ráfagas y reflejos viajeros atravesando la superficie de un cristal; en algunos casos, las mezcla con rojo que puede simbolizar heridas y dolor, pero también pasión; se trata de sugerentes caligrafías de ritmo abierto que remite a los hallazgos del expresionismo abstracto, el tachismo y la action painting.
Maica Gómez, como todo artista que se precie, además del controlar la armonía compositiva, sabe mirar más allá de lo que se manifiesta a los ojos para dar rienda suelta al flujo creador y hacer visible lo invisible, como decía Kandinsky.