Las masas y la OTAN

se puede estar contra la OTAN, bien que desde cierto anacronismo, pero comprar el relato de Putin para armar el argumento debelador no se puede, a menos, claro, que se disparate, que entonces sí se puede eso y más. Diríase que la izquierda marxista española, desde el PCE a Podemos, está convencida de que la Rusia de Putin es la URSS y de que la salvaje invasión de Ucrania es solo una legítima y necesaria “operación militar especial” para recuperar de las garras nazi-fescistas de Occidente, de EE.UU., de la OTAN, el territorio robado.


Para ser un partido que fundamenta su esencia y sus objetivos teóricos en “las masas”, el PCE y afines no parecen manifestar el menor apego a lo que éstas piensan y quieren en relación a la guerra cobarde y desigual que, sobre estar destruyendo un país y las vidas de tantos de sus habitantes, está llevando el hambre, el miedo y la consternación al mundo entero. La principal dificultad para mantener el No a la OTAN que en los 70 y 80 del pasado siglo se antojaba razonable y aun benéfica por adscribirse a un anhelo de paz, es que éste mundo ya no es aquél. Otra dificultad, secundaria si se quiere pero no menos determinante, es que la OTAN no ha invadido Ucrania a sangre y fuego.


Se podría estar hoy contra la OTAN, particularmente contra la prevalencia en ella de los intereses geoestratégicos de los EE.UU. que en algún caso pudieran ser distintos o adversos a los de España y Europa, pero a condición de estar también contra el siroco neo-imperialista del sátrapa que pretende reeditar el Pacto de Varsovia. No parece, sin embargo, que en las manifestaciones del domingo contra la Alianza Atlántica (integrada, conviene recordarlo, por una mayoría de naciones democráticas) se clamara ni mucho ni poco contra la barbarie del régimen totalitario de Putin, de suerte que ese cinismo destruía la pretendida reivindicación de la paz.


Podría el PCE, Podemos y demás marcas residuales afectas escuchar la voz de eso que dicen que les gusta tanto, “las masas”, Estas quieren, como es natural, la paz verdadera, repudian la agresión de la Rusia de Putin a Ucrania, apoyan la ayuda militar que, con prudencia y mesura acaso excesivas, los países democráticos le prestan, y entienden que la OTAN es hoy, pese a todo, su resguardo ante la ferocidad desatada.  

Las masas y la OTAN

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