Moderan los precios, empeoran las previsiones

El Instituto Nacional de Estadística publicó el dato definitivo sobre el comportamiento del IPC el pasado mes de octubre. Los precios se han moderado, aunque siguen siendo muy altos, sobre todo el de los alimentos que se disparan un 15%. El aumento de la inflación fue del 7,3% en tasa interanual, la tasa más baja desde enero, gracias a la moderación de los precios de la electricidad y del gas. Lo peor es que la inflación subyacente, la que no está sujeta a volatilidades, no cede ni una décima y vuelve a situarse en el 6,2%.
 

A pesar de esta moderación, no es para estar contentos como parece estarlo el Gobierno. La cesta de la compra tiene productos básicos con subidas espectaculares como el aceite, los huevos, frutas, verduras o azúcar y estos precios son los que realmente penalizan a los hogares más vulnerables y por los que se ven obligadas a elegir qué comer o sencillamente comer menos.
 

Además, estos últimos hemos conocido nuevas previsiones sobre la evolución de la economía española en 2023. Empezando porque no hay ningún organismo ni servicios de estudios que avance para el año próximo la recuperación de los niveles anteriores a la pandemia, ya se empiezan a acumular los que no ven un aumento del PIB más allá del 1%. El último en publicar sus previsiones ha sido el servicio de estudios de Caixabank. 
 

El informe prevé una subida del PIB del 1% y aunque no contempla que entremos en recesión, no descarta que este trimestre y el primero de 2023 sean cero o negativos. Además, el desempleo no mejorará, cuando somos el país de Europa y de la OCDE con las peores tasas. Tampoco la inflación aflojará como prevé el Gobierno dañando aún más el consumo de los hogares y la inversión empresarial.
 

También el FMI ha empeorado sus previsiones para la economía mundial. La desaceleración es evidente para el organismo internacional al igual que serán necesarias, apunta, nuevas subidas de tipos de interés para reducir la elevada inflación. Ninguno de estos informes ha sido considerado por la responsable económica, Nadia Calviño, quien sigue insistiendo en lo bien que va todo y se niega a cambiar sus sorprendentes e irresponsables previsiones, las que sostienen un presupuesto que nace muerto antes de haber logrado su aprobación definitiva en el Congreso de los Diputados.

Moderan los precios, empeoran las previsiones

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