No estaba muerta, estaba tomando cañas

Empieza la Eurocopa y pierde Escocia, la favorita de nuestros corazones. Si ya lo decía yo (y Rajoy) el otro día, el fútbol es un juego en el que acaba ganando Alemania salvo que aparezca el Madrid por el camino. El caso es que el Madrid no apareció, pero en su nombre jugó Toni Kroos de estrella invitada. Y así le fue a Escocia, que acabó escocía (perdón, no he podido evitarlo) con cinco goles como cinco soles en contra. Pero a la afición escocesa le dio un poco igual, porque si ganan bien y si pierden siempre pueden acabar mirando trenes en algún andén perdido con unas botellas de cerveza. Alemania es el gran peligro de esta Eurocopa. Bueno, y encender la tele y ver partidos sin tener que pagar una pasta en horarios delirantes, como pasó toda la vida. Eso es un peligro para el espectador, que se vicia, se vicia y luego se acabó lo que se daba. Por lo menos este año hay Juegos Olímpicos y nos vamos a hartar de ver todo tipo de deportes: yo no me pierdo los saltos de trampolín ni el salto con pértiga, dos modalidades que me producen un cierto vértigo y fascinación. ¿Cómo hacen los de la pértiga para no partirse la crisma cada vez que corren con ese palitroque? Ya sé, cosas de la Física y del físico, pero yo soy de letras y me sigue pareciendo un milagro.


Ganó Alcaraz el Roland-Garros, los franceses vuelven a darle al tic del ojo al escuchar el himno español como el jefe del inspector Clouseau cada vez que lo veía en su salsa y leo por ahí que se están perdiendo las alegres costumbres de llamar a los perros en Galicia Ney y Sout. Los franceses se siguen acordando de nosotros pero nosotros, poco a poco, nos olvidamos de ellos. No sé si es algo bueno o malo, pero los odios ancestrales al enemigo deberían ser eternos. Pierdes el odio, pierdes la vigilancia. Y en estos tiempos convulsos siempre hay que estar ojo avizor. Ahora los perros se llaman Thor y Loki. No me negarán que es divertido ver a un Yorkshire diminuto y cabreado llamado a gritos por su dueño por el nombre del dios del trueno. El mío se llama Sherlock, pero con el uso y el desgaste todo el mundo le dice El Cherlo, customizando el nombre a lo koruño. Al can mientras le des tortilla sin cebolla le parece bien, así que todo en orden.


Llevamos un par de semanas sin cartas de Pedro y nos empezamos a sentir un poco huérfanos. Será que ya es primavera, caliente caliente, no sé, será que ya no me besa…huérfanos de salseo de Pedro tenemos el de su esposa de la que está profundamente enamorado, y de su hermano, el compositor revelación del que nadie escuchó una nota. Pero para hablar del gobierno ya están Tip y Coll, el análisis de las elecciones en las que Junts tuvo más votos en Guarromán, Jaén, que en Belasú (Giróna)-es-un-suponer-ya lo hacen sesudos columnistas de conocido renombre y yo me dedico a ver vídeos del franciscano cocinero del Santo Espíritu para aprender a hacer una paella valenciana de verdad, con su conejo, su bajoqueta  y su garrafó. Y mientras tanto, ha reaparecido Kate Middleton, a la que todo el mundo daba por huída a lo Agatha Christie, y viviendo en una cabaña en el medio del bosque como nuestras escritoras influencers de Anagrama, pero por lo visto ha reunido fuerzas de flaqueza y hoy sábado se ha subido al carruaje real con las galas y la sonrisa fina y forzada, que dirían en una novela romántica. Consultaremos a los conspiracionistas de cabecera, que dice una amiga. No estaba muerta, que estaba de parranda. No la veo tomando cañas, pero hubiese sido bonito que se hubiese fugado con un chico de barrio para ir al pub a jugar a los dardos y tomar una pinta de Guinnes. Y gritar por Escocia a pesar del 5 a 1. Aún está a tiempo. 

No estaba muerta, estaba tomando cañas

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