Novais, en Bomoble

La galería Bomoble acoge la muestra “ La magia del color” de la pintora  Novais (Ponte do Porto, Camariñas) que tiene en su haber una importante trayectoria: se ha formado en varias especialidades (Artes decorativas y Arquitectura de interiores, entre otras) y ha realizado numerosas exposiciones. Según ella confiesa, su arte se sustenta en cinco pilares: surrealismo, expresionismo, cubismo, abstracción y novaísmo ( que viene a ser la síntesis de los cuatro anteriores). Efectivamente, la libertad con que trabaja las formas, no ciñéndose a un canon, sino buscando una expresión libre, remite al expresionismo; las sugerencias a aspectos ocultos y a encuentros extraños  tienen cierta deuda con el surrealismo; la poliédrica articulación del cuadro en  muchos planos permite hablar de un cubismo sui generis; también hay aspectos formales acordes a la abstracción; y, finalmente, el resultado es la consecución de una estética personalísima y singular, perfectamente reconocible como obra de Novais (de ahí, el novaísmo). Lo primero que impacta al acercase a estos cuadros es su vibrante cromatismo, esa explosión de poderosas gamas que transmiten una sensación de gozosa vitalidad; lo cual queda reflejado de un modo extraordinario en el cuadro “Soñando colores”, en el que se insinúa un rostro sumergido o atrapado en un amasijo de formas orgánicas rojas, verdes, azules, naranja, amarillas, violeta, con perfecto acorde de gamas complementarias. Un parecido éxtasis es el que sentimos ante el cuadro “Entre flores”, que representa una geisha entre un puzzle de pequeños planos verde esmeralda, azul turquesa, rojizos, rosados, amarillos y violeta que configuran un íntimo y gozoso jardín. La misma impresión nos suscita “Dama entre flores” donde aparece una muchacha de espaldas absorbida por el esplendor de la naturaleza. En “Renaciendo” entona un canto a ese mismo esplendor, por medio de una simbólica pareja de jóvenes cuyos rostros se buscan para el encuentro amoroso, bajo la vigilancia de dos felinos. Podríamos clasificar estas dos obras dentro del género poético de la oda, cuya misión es exaltar la hermosura de la naturaleza, sólo que, en este caso, la poesía es visual; es decir, Novais nos ofrece una sinestesia, que es el trasvase de sensaciones de un sentido a otro. En “ La dama y el pájaro” establece un simbolismo de las ansias del espíritu, representando un ave en vuelo junto a  un gran rostro humano de color azul, rodeado de formas naturales anaranjadas. Las imparables pulsiones de la vida, siempre en movimiento y agitación, quedan reflejadas en la obra “Círculo vital”, donde una especie de ojo parece observar cómo flotan o pasan a su alrededor ondas y ráfagas envolventes, planos quebrados y figuras en forma de hojas. En “Máscaras” parece hacer alusión al mundo como teatro o a la simulación con la que a menudo enmascaramos nuestros rostros. Hay algún paisaje, como “Ciudad de color”, donde representa un apiñado caserío de alargados edificios; también está presente el género del bodegón en el cuadro “Coffee”. Objetos pintados, como ceniceros, un gorro, separadores de libros y colgantes, entre otros, completan la muestra. En ella nos da su encendida y singularísima visión de la vida que deja abierto el portal de lo imaginario.

Novais, en Bomoble

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