Los españolitos de a pie no ganamos para disgustos. O es Pedro Sánchez que, por ser presidente, es capaz de retorcer la Constitución hasta dejarla sin efecto y complacer de manera vergonzosa a Carles Puigdemont o es Alberto Nuñez Feijóo el que para gobernar autonomías no tiene remilgos en pactar con VOX. Dan ganas de rescatar aquel grito: ¡Que paren que me bajo!, Saben, tengo la impresión de que Alberto Nuñez Feijóo en política anda como un pollo sin cabeza. Se mueve mucho pero no sabe adonde va.
Y me pregunto cómo es posible que no parezca haberse enterado porque no consiguió en las elecciones generales una mayoría holgada para poder gobernar. La respuesta la tiene en que se han buscado unos socios, VOX, que son su peor enemigo. Pero no aprende y ha vuelto a repetir error en Murcia. El señor López Miras parecía decidido a no pasar por el aro de Vox para gobernar Murcia, lo mismo que su compañera de partido María Guardiola en Extremadura, pero a ambos se les ha ido la fuerza por la boca y al final han doblado la cerviz y gobiernan en amor y compañía con VOX. Se ve que no hacen suyo aquello de más vale honra sin barcos que barcos sin honra.
Hasta ahora los gobiernos de coalición del PP con Vox en comunidades autónomas y ayuntamientos solo deparan titulares chuscos. Los últimos los han protagonizado en Aragón, Esmeralda Pastor y Jorge María Valero, la primera Directora General de Justicia, el segundo de Caza y Pesca. Los dos de armas tomar, franquistas recalcitrantes que tienen en sus despachos la bandera del aguilucho, ya saben, la de Franco, al que venían defendiendo en las redes sociales.
En cuanto al presidente de Aragón, Jorge Azcón, del PP, se ha hecho el despistado sin que se le caiga la cara de vergüenza.
A estos se les une el consejero de Cultura de la Rioja, el popular Luis Pérez Pastor que no se le ha ocurrido otra cosa que quitar el nombre de Almudena Grandes a una biblioteca municipal que llevaba el nombre de la añorada escritora.
Claro que si los gobiernos PP-Vox han censurado a Virginia Woolf, Lope de Vega, Teresa de Jesús, o Lydia Cacho, suprimir el nombre de Almudena Grandes es un episodio más de su estupidez.
Ahí está también la presidenta del Parlamento valenciano a la que parece que le dan ataques de urticaria cada vez que es requerida para condenar la violencia machista. Claro que es difícil superar la frasecita de su correligionario el presidente del Parlamento balear, Gabriel Lesenne, que dijo que las mujeres somos beligerantes porque carecemos de pene. Una afirmación como esta demuestra que este señor no está muy bien, tiene un problema grave que se lo debería hacer mirar. La verdad es que todos estos personajes dan, no sé si miedo o risa, o las dos cosas.
En honor a la verdad hay que decir que durante años esa cara siniestra de esa derecha había permanecido oculta y eso que VOX es una emanación del propio PP, pero los líderes populares habían logrado mantener controlados a esos energúmenos-as, que ahora desde VOX han saltado a ocupar puestos de responsabilidad. A quienes se preguntan cómo es posible que el personal no se escandalice por el papel de los partidos independentistas como Esquerra, Junts o incluso como Bildu, hay que decir que en el caso de los dos primeros claro que una inmensa mayoría de ciudadanos estamos hartos de ver como Pedro Sánchez es su rehén y como viene cediendo a cuanto le exigen para convertirse con sus votos en presidente. En el caso de Bildu hay que decir que al menos sus actuales dirigentes son más listos porque están logrando blanquearse ellos solitos por más que los que tenemos cierta edad no olvidamos de dónde vienen y lo que hicieron.
En cuanto a VOX, si el PP quiere gobernar algún día nuestro país tendrá que romper amarras con el partido de Abascal, que nos recuerda a un pasado siniestro ,en blanco y negro al que la inmensa mayoría de los ciudadanos no queremos regresar.
Si Alberto Nuñez Feijóo no comprende esto es que no entiende este país y mejor que se dedique a otra cosa.