La pérdida de buena parte de la cosecha de cereal de secano es ya un hecho irremediable. Las cortas lluvias de la semana anterior han llegado ya tarde en muchos lugares. Por segundo año consecutivo la sequía se ha convertido en un azote y va a redoblar el castigo sobre las ya muy maltratadas explotaciones agrarias. Para muchos la situación está llegando a un punto que incluso hace ya peligrar el mantenimiento de sus explotaciones.
Eso es lo ya sabido. Lo que ahora encima puede llegar puede hacerlo todavía peor. Los intensos calores que se anuncian, todavía sin cumplir el mes de abril pueden ser aún más letales y en esta ocasión afectar, de manera similar a lo sucedido al año anterior, al olivo y a la vid. La expresión campesina que mejor define lo que eso supone de “arrebatar” la mies, la flor o el minúsculo fruto en formación es tan exacta como dura. La cosecha de aceituna el pasado año no llego ni a la mitad en el año 2022 y en ciertas zonas ni siquiera un 30%. Si este 2023 corre pareja suerte no quiero ni pensar a cuanto va a llegar el precio del aceite, que está desbocado. Esa es la triste situación y las perspectivas no pueden ser más negras.
¿Y que puede hacerse?.
Pues miren, echarle la culpa al cambio climático, se acepta, vale, sirve para encontrar un culpable pero la pregunta sigue ahí y la no respuesta, porque no la hay, por parte de quienes debieran entender que este es un asunto de la máxima gravedad, solo significa que ante el drama que se nos está echando encima, en realidad lo que están diciendo es un “no se puede hacer nada”. Algo que no se atreven a decir, aunque sea la verdad.
Sin embargo, sí se puede hacer, no para ya ni para dentro de poco, pero si comenzar a poner en marcha un plan que de respuesta global y nacional a un problema que lo es. Es imprescindible, necesario y trascendental, que quienes gobniernan y quienes aspiran a gobernar demuestren que son, al menos por algo que va a afectarnos de tan profunda y mala manera, capaces de ponerse a trabajar juntos.
Porque España necesita un Plan Nacional contra la Sequía por encima de siglas, de partidos de intereses y de elecciones. Nos va la suerte y hasta la muerte no solo del sector agrario y de todo el medio rural, sino del pais por entero y del conjunto de la población.
Deberían haber estado desde hace ya años en ello, deberían, al menos ponerse ya. Pero saben. No lo van a hacer.
Y quien tienen más responsabilidad que nadie son quienes ahora están al mando del pais. Echen todas las culpas al cambio climático, se acepta. Pero además de pertinaz sermón, hagan algo de verdad y de una puñetera vez.