Siniestros

Cuando se produce un siniestro o un accidente laboral en cualquier empresa es investigado, mucho más cuando el resultado son víctimas mortales. Este es el caso de muchos siniestros marítimos y naufragios que se suceden por errores humanos, negligencias o por incumplir las medidas de seguridad marítima o las normas de prevención de riesgos laborales.

Uno de los últimos siniestros pesqueros, en nuestro país, y de los más trágicos ha sido el acontecido en aguas de Terranova, con 21 tripulantes fallecidos. Puede ser casualidad, pero lo cierto es que se salvaron únicamente el patrón, su sobrino y un tripulante. Este asunto ya está judicializado y por lo tanto serán los tribunales de justicia los que dirimirán las responsabilidades civiles y penales, si las hubiese.

A pesar de todo llama la atención las contradicciones en las declaraciones de los supervivientes así como la falta de empatía, sensibilidad y responsabilidad de la empresa armadora para con las familias de los fallecidos. Las empresas armadoras tienen que ser las primeras en informar, asesorar y acompañar en su dolor a los familiares de los fallecidos. También trasladando la realidad de los sucedido y de todos los derechos que las amparan, protegen y cubren ante este tipo de siniestros marítimos.

Sabemos de las relaciones laborales tercermundistas en la pesca en general pero no podemos dejar que continúe siendo la opacidad y los intereses económicos los pilares fundamentales de las patronales. Son vidas humanas las que están en juego, no las cuentas de resultados de las empresas armadoras

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