El Gobierno se afana estos días en convencernos de que la visita a España de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo ha salido muy bien y que se han ido convencidos de que la gestión de los fondos europeos se está realizando sin problemas, en tiempo y forma y con total transparencia. Incluso la ministra de Hacienda se mostró muy satisfecha y convencida de que su percepción se verá reflejada en el informe que redactará esta comisión presidida por la eurodiputada alemana y presidenta, Monika Hohlmeier.

El problema para el Gobierno es que lo que ha percibido este grupo de trabajo en sus numerosas reuniones en España es muy diferente. “Nos vamos sin saber los datos reales de ejecución de los fondos europeos y sus destinatarios, detectamos una falta absoluta de transparencia, la cogobernanza no funciona y el programa de control funciona, pero vamos a seguir sin conocer todos los datos”, me comenta la eurodiputada de Ciudadanos, Susana Solís, miembro de la comisión.

No parece que la visita haya sido tan satisfactoria. En todo caso, habrá un informe que puede que se quede en eso y que al Gobierno le importe más bien poco. Es muy probable. Me temo que quizás le preocupe más a Sánchez, Calviño o Montero saber que la Fiscalía Europea, órgano independiente de la Comisión Europea, ha abierto una investigación a España relacionada con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Este organismo investiga delitos que se hayan podido cometer contra los intereses financieros de la UE y cuyo informe preliminar ha manejado la Comisión Hohlmeier, muy preocupada por la rebaja del delito de malversación llevada a cabo recientemente por el Gobierno de España.

No es descabellado que los ciudadanos muestren escepticismo sobre esta visita, incluso sobre la investigación abierta por la Fiscalía Europea, pero hay una realidad que es incontestable y que demuestra que las cosas no se están haciendo bien. Las previsiones iniciales del impacto que los fondos europeos iban a tener en la economía española se están desinflando.

De hecho, el servicio de estudios del BBVA ya ha manifestado que rebaja a la mitad el impacto que pensaba iban a tener estos miles de millones en la transformación de la economía y en el aumento del PIB.