La nueva alcaldesa, que nada más acabar la sesión y mientras la sala aplaudía a su antecesor abandonó el salón –sin bastón de mando, que dejó apartado hasta que lo recogió un agente municipal– para después regresar y defender ante los medios la moción de censura, la segunda en menos de veinte años a la que asisten los vecinos de Sada.
Tras su investidura, arropada por los cinco ediles del PPdeG, expedientados, y del PSdeG, expulsados de manera provisional, aseguró que “fue visible que esto fue algo democrático, lo que no es democrático es no dejar hablar a la gente ni escucharla” e incidió en que “lo que ha hecho todo esto es reafirmarnos más en que esta era la decisión que había que tomar”, afirmó Nogareda.
Antes, apuntó a “los pasillos oscuros y clandestinos de la mala política actual” que, según manifestó, la llevaron a dar el paso de apartar a Benito Portela.
En cualquier caso, interpelada sobre su situación, ya que la jurisprudencia del Supremo no permite que los tránsfugas se beneficien de estos movimientos, aseguró que no tiene notificación de la expulsión del Alternativa dos Veciños. “Si nos llega y alguien reclama, habrá que responder a todo esto, cada uno tendrá que ir con sus derechos donde corresponda”, explicó, sin aclarar si será de nuevo candidata en 2023.
“De momento voy a pasar este tiempo. No es lo que más me gusta vivir. Hoy viví, y lo he vivido estos tres años, los pasillos oscuros y clandestinos de la mala política actual”, continuó Nogareda.
“Creo que hay otra manera de hacer política, por eso propusimos esta moción. Por eso me gustaría, no por mí, que me encanta mi profesión, no estoy aquí por el sillón, soy funcionaria del Grupo A, la categoría más alta y puedo volver a mi trabajo cuando quiera, pero lo que no podía hacer es mirar hacia otro lado”.