El Gobierno local de Sada ha adoptado la decisión de cerrar al público la capilla de San Roque ante el riesgo de desprendimientos. Una decisión que se toma después de que el recinto cultural, situado en pleno centro del casco urbano, fuese objeto de una reforma integral en el año 2018. El cierre, no obstante, será temporal y dependerá de lo que se tarde en llevar a cabo unas obras de estabilización del inmueble.
Fuentes municipales indican que el proyecto de reforma acaba de salir a licitación por un importe de casi 59.000 euros, se centrará en la fachada principal y el plazo estimado de ejecución es de dos meses aunque, según sea el alcance de las patologías, puede ampliarse. Las empresas interesadas en llevar a cabo los trabajos pueden presentar ofertas hasta finales de mes.
“A capela de San Roque precisa dunha actuación integral que solucione de forma definitiva o proceso de destabilización que nos últimos tempos fixo que comenzasen a aparecer danos e fendas na fachada que obrigan a actuar de maneira inmediata para frear este deterioro. As obras perseguen garantir a integridade deste histórico inmoble e da súa contorna”, indican desde el Gobierno local, presidido por Benito Portela, al tiempo que apuntan que antes de que se inicien los trabajos se cerrará al tránsito peatonal la zona frontal del edificio y se cancelará de manera temporal la actividad cultural y festiva que se realiza en el interior.
La capilla, situada en la emblemática plaza de España, es un inmueble de planta rectangular datado en 1885 que fue reconstruido en 2007 pero debido a las inclemencias meteorológicas se reformó en 2018.
Aquella mejora, financiada por la Diputación con una aportación de casi 43.000 euros, supuso la renovación de uno de los principales espacios culturales de Sada pero que no afectó ni a la distribución del interior ni tampoco a su estética.
Las obras incluyeron la limpieza de la cubierta, la impermeabilización de puntos singulares, el picado del revestimiento y la aplicación de cal, el pintado de las fachadas, el sellado de grietas y el pintado de la forja del campanario, así como de las paredes interiores. También se reparó el suelo de madera del coro y el falso techo en la entrada, además de realizar la revisión del sistema de ventilación, con el objetivo de eliminar el alto grado de humedad del inmueble.
El Ayuntamiento indica que en aquel momento el edificio presentaba visibles deterioros en su fachada, desde grietas a desconchados, al igual que en el interior, donde cayó parte del falso techo y presentaba problemas en las puertas de madera.
No obstante, también se asumía que las obras no solucionarían los problemas y deficiencias que presentaba el inmueble. “Para eso teremos que realizar un proxecto integral de reforma tanto da fachada como da cuberta e paredes interiores, pero non podemos quedar de brazos cruzados ante a imaxe que ten últimamente polo que realizaremos unhas pequenas obras para solucionar os danos visibles actuais”, argumentaba el entonces edil de Cultura, Marcos Villar.