El invierno ha traído consigo un aumento significativo en los casos de gripe y norovirus en España, especialmente en Galicia. Estas afecciones, que comparten una alta capacidad de contagio, están saturando las urgencias y preocupando a los profesionales de la salud, quienes llaman a extremar precauciones, sobre todo en grupos vulnerables.

Según las estimaciones del Sergas, el pico de la gripe en Galicia se espera entre el 22 y el 27 de enero. Ante esta situación, la campaña de vacunación contra la gripe y el COVID-19 se ha ampliado hasta el 31 de enero para reforzar la protección, especialmente en personas mayores, niños pequeños y aquellos con patologías previas.

El Dr. Manuel Viso, especialista en Urgencias y Hematología, explica que los síntomas principales de la gripe incluyen fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza y malestar general. “Es importante diferenciarla de un simple resfriado, que afecta más las vías respiratorias altas con estornudos, tos y, en menor medida, fiebre. En el caso de la gripe, el cuadro suele durar entre 7 y 10 días, con un mayor impacto en la calidad de vida”, detalla el especialista.
 

La recomendación principal para evitar contagios sigue siendo la vacunación, ventilar espacios cerrados y usar mascarillas en aglomeraciones. “El frío no es la causa directa de estas infecciones, pero sí debilita nuestras defensas y favorece la supervivencia de los virus, que necesitan contacto humano para propagarse”, añade el doctor.

Norovirus: la “gripe estomacal” que no da tregua

El norovirus, conocido como la “gripe estomacal”, está experimentando un aumento considerable de casos. Esta afección, caracterizada por vómitos, diarrea, náuseas y dolor abdominal, suele durar entre 24 y 48 horas, aunque en algunos casos puede extenderse hasta cinco o seis días. 

“El norovirus se contagia de forma extremadamente fácil, ya que necesita muy pocas partículas virales para generar una infección. Además, puede sobrevivir en superficies hasta siete días, lo que lo convierte en uno de los virus más persistentes y difíciles de controlar”,  explica el Dr. Viso.
 

Las vías de contagio principales son:

• Contacto directo con personas infectadas.

• Ingesta de alimentos o agua contaminados.

• Contacto con superficies contaminadas y posterior contacto con los ojos, nariz o boca.
 

El Dr. Viso enfatiza la importancia del lavado frecuente de manos y la desinfección de superficies. “En entornos compartidos, como oficinas o escuelas, una persona infectada puede contagiar a varias más al tocar superficies comunes. Es fundamental que quienes presenten síntomas se queden en casa para evitar propagar el virus”, señala.

En cuanto a los grupos de riesgo, el especialista subraya: “Aunque el norovirus es autolimitado en la mayoría de los casos, puede causar deshidratación severa en niños pequeños, personas mayores o inmunodeprimidas. Estos casos requieren atención médica urgente, y en ocasiones, ingreso hospitalario”.

Un “quinteto” viral en juego

Más allá de la gripe y el norovirus, el Dr. Viso recuerda que estamos enfrentándonos a una “quintudemia” de virus respiratorios y gastrointestinales:
 

1. Gripe

2. COVID-19 (con baja incidencia actualmente)

3. Rinovirus (causante de resfriados comunes)

4. Norovirus (causa principal de gastroenteritis)

5. Virus respiratorio sincitial (VRS), que ha reducido su impacto en niños gracias a las campañas de vacunación, aunque sigue afectando a adultos mayores.

“El impacto combinado de estos virus está generando una presión significativa en las urgencias. Aunque la incidencia de COVID-19 es baja, su sintomatología puede confundirse con la gripe, complicando el diagnóstico. Por otro lado, la vacunación contra el VRS en niños ha logrado disminuir la hospitalización por bronquiolitis, un dato positivo en medio de este panorama”, explica el doctor. 

Recomendaciones clave: 

1. Vacunarse contra la gripe y el COVID-19.

2. Lavarse las manos frecuentemente.

3. Ventilar espacios cerrados.

4. Evitar el contacto con personas enfermas, especialmente en grupos de riesgo.

5. Mantener una buena hidratación y acudir al médico si se presentan síntomas graves o persistentes.

“Estamos en un momento en el que la prevención es más importante que nunca. Aunque el invierno trae consigo múltiples retos en términos de salud, tenemos herramientas eficaces para protegernos. Vacunarse, cuidarse y estar atentos a los síntomas son las mejores estrategias para superar esta temporada”, concluye el Dr. Viso.