El cáncer fue la 2ª causa de muerte en 2023 tras las enfermedades del sistema circulatorio según datos del INE. Los más frecuentes fueron: colorrectal, de próstata, de mama y de pulmón, en este orden.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) señala que el término cáncer engloba a un grupo numeroso de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales, que se dividen, crecen y se diseminan sin control en cualquier parte del cuerpo.
Raquel Rodríguez (21 años) supo que estas células se estaban desarrollando cuando acudió a consulta este verano en busca de una explicación a un bulto que tenía en el cuello desde hacía un par de meses. “Nunca pensé que fuese algo malo, pero en cuanto se lo comenté al doctor vi cómo le cambió la cara, llamó a su compañera y me mandaron a Urgencias. Desde el primer momento me dijo que creía que era un Linfoma de Hodgkin” señala Rodríguez.
Amparo Bargueño (47 años) se palpó un bulto en un pecho. En un primer momento lo achacó a los efectos secundarios de las pastillas anticonceptivas que le habían recetado por prescripción médica. Esperó tres meses y el bulto seguía creciendo. Después de hacerle la biopsia, le confirmaron un diagnóstico que ya se intuía. “Siempre me tocaba los pechos y le tenía miedo. Para mí la palabra cáncer era igual a muerte porque todas las personas que conocí con cáncer se murieron. Lo primero que pensé es que a mi me iba a pasar lo mismo”, narra Amparo Bargueño.
La autoexploración y el autoconocimiento corporal dan en muchos casos la voz de alarma, pero frente al miedo, los tratamientos y la desesperación, las cifras apuntan que las tasas de supervivencia aumentan gracias a la investigación. Desde la AECC señalan que “la investigación ha hecho posible que la tasa de supervivencia sea del 55,3 % en hombres y 61,7 % en mujeres”. Desde la asociación se proponen superar el 70% en 2030.
Silvia Antolín, investigadora del INIBIC y oncóloga del CHUAC especialista en cáncer de mama, asegura que la investigación es primordial. “La supervivencia en cáncer se ha duplicado en los últimos 40 años y esto se debe al avance en investigación. A nivel nacional la oncología está a un nivel muy alto y a nivel gallego también. Nosotros participamos en grupos cooperativos nacionales e internacionales y tenemos en el área de A Coruña más de 25 ensayos clínicos en cáncer de mama” destaca la doctora.
El bienestar mental se postula como uno de los pilares fundamentales de la salud. Sin embargo, es complicado gestionar las emociones cuando se recibe un diagnóstico que implique una enfermedad como el cáncer.
Aunque los síntomas físicos y el tratamiento sea lo primero a lo que se presta atención, los expertos apuntan a que el efecto emocional del diagnóstico y el tratamiento siguen otros ritmos y que pueden no ser percibidos hasta 6 meses o 1 año después de terminar el tratamiento.
A Raquel Rodríguez le diagnosticaron Linfoma de Hodgkin en agosto y tiene una cita de psicología para abril. Sin embargo, señala que las personas que se ha encontrado en consultas han sido de gran ayuda. “Tanto las enfermeras como las doctoras que me han tocado fueron muy majas, me dieron información y me escucharon siempre”, destaca.
Amparo Bargueño decidió acudir a la sede de AECC de A Coruña para recibir atención psicológica después de la mastectomía.
Carmen Yélamos, coordinadora de psicooncología de la AECC, señalaba en una publicación de la web de AECC en 2019 que ya que el cáncer afectaba a la persona que lo padecía y a su alrededor más cercano, se debían tener en cuenta una serie de apreciaciones para que ese entorno ayude de alguna manera a sobrellevar la enfermedad: “No existen recetas mágicas, pero puedes informate sobre la enfermedad, el diagnóstico y los tratamientos que va a recibir la persona enferma, sobre las reacciones emocionales más habituales y las preocupaciones más frecuentes. Trata de comportarte con naturalidad, sin dramatismos, intentando mantener una actitud positiva y tratando de transmitirle apoyo y energía, sobre todo en los momentos en los que el paciente pueda estar más débil o desanimado”, apunta la psicóloga.
Aun así, cada persona reacciona de forma diferente y le son beneficiosas diferentes actividades de la vida diaria. Raquel siguió estudiando la carrera de sus sueños: Periodismo y Comunicación Audiovisual, y la música fue su “vía de escape”. Por otro lado, Amparo eligió centrarse en su huerto “para no pensar todo el tiempo en lo mismo".