Con la llegada de los primeros días cálidos, muchas personas experimentan una sensación contradictoria: en lugar de alegría, sienten inquietud. Mientras algunos celebran el florecimiento de los árboles, otros se sienten abrumados por una agitación inexplicable. Si te identificas con esto, no te pasa solo a ti. Está demostrado que esta transición estacional puede generar malestar emocional. A continuación, te contamos cómo manejarlo.
¿Por qué la primavera afecta nuestro estado de ánimo?
- El impacto psicológico del cambio
Las transiciones, incluso las positivas, pueden ser estresantes. Según John Sharp, psiquiatra de la Universidad de Harvard y autor de El Calendario Emocional, las personas propensas a la ansiedad suelen resistirse a los cambios. La modificación de la rutina, como el horario de verano, altera el ritmo circadiano (el reloj biológico del cuerpo), generando fatiga o irritabilidad. La sensibilidad a la luz puede exacerbar estos efectos.
- La inestabilidad climática
Los vaivenes climáticos típicos de la primavera—días cálidos seguidos de lluvias frías—pueden desestabilizar emocionalmente. Un estudio con 1.9 millones de adultos en EEUU reveló que las temperaturas superiores a 21°C reducen las emociones positivas y aumentan el estrés, comparado con climas templados (10-15°C).
- Expectativas sociales agobiantes
La presión por ser activo y sociable puede resultar abrumadora. Quienes disfrutan de la tranquilidad invernal pueden sentirse presionados a participar en actividades primaverales "obligatorias", lo que genera culpa o ansiedad.
- Alergias e inflamación
Las alergias estacionales no solo causan síntomas físicos: la inflamación resultante se vincula con trastornos del estado de ánimo. Algunas investigaciones asocian los días con altos registros de polen con mayor irritabilidad y bajo ánimo en personas sensibles.
- Trastorno Afectivo Estacional (TAE) inverso
Aunque el TAE suele asociarse al invierno, su variante primaveral o veraniega existe. Síntomas como insomnio, irritabilidad y pérdida de apetito pueden confundirse con ansiedad generalizada. Lo mejor es consultar a un profesional si los síntomas persisten más de dos semanas.
Estrategias para navegar la ansiedad estacional
- Prepárate mentalmente
Analiza cómo te has sentido en primaveras anteriores. Incluye en tus rutinas caminatas matutinas o actividades sociales graduales.
- Realiza una adaptación progresiva
No fuerces cambios bruscos. Incorpora actividades sociales o al aire libre de forma paulatina, equilibrando momentos de descanso.
- Sigue rituales significativos
Celebrar tradiciones culturales o crear rituales personales (ej. escribir sobre metas estacionales) ayuda a dar sentido al cambio.
- Prioriza la salud básica
Dormir bien, hidratarse y controlar alergias con antihistamínicos son pilares esenciales.
- Busca apoyo profesional
Si el malestar interfiere con tu vida diaria, consultar a un psicólogo o médico es clave.
La primavera no tiene que ser sinónimo de felicidad forzada. Reconocer y respetar nuestras propias emociones, junto con estrategias prácticas, puede hacer esta etapa más llevadera.