Dos de cada cinco profesores pisan el aula con indiferencia y distanciamiento

Dos de cada cinco profesores pisan el aula con indiferencia y distanciamiento
Una profesora habla con sus alumnos en un colegio de Madrid | Aec

Dos de cada cinco docentes afirman vivir su labor con cierto distanciamiento e indiferencia, lo que se refleja en que casi la mitad se mantiene en una posición neutral ante la opción de abandonar, mientras que un 33% dice haber experimentado apatía, agotamiento (37%) o ansiedad y depresión (39%).


Son resultados del informe presentado ayer por el Observatorio de la Escuela en Iberoamérica de la Fundación SM, que encuestó a 2.400 docentes de España, Brasil, Chile y México para conocer, entre otras cuestiones, los problemas que afrontan en su día a día, su estado anímico y sus fuentes de malestar. 


El barómetro ‘El profesorado en España 2023’, presentado con motivo, hoy, del Día Internacional del Docente, destaca que el 40% de los encuestados de las etapas de Infantil, Primaria y ESO dice afrontar su trabajo con distanciamiento e indiferencia, lo que se refleja en que el 47% se mantiene neutral ante la posibilidad de abandonar la docencia, lejos del 78% que se mostraba contrario hace quince años.

 

Influencia de la pandemia


Según la coordinadora del estudio, Ariadna Pérez, ello puede deberse también a que el colectivo “está poniendo distancia emocional como mecanismo de defensa” ante los problemas que escapan de su control, agravados por el aumento de conductas disruptivas como consecuencia de la pandemia.


En este sentido, la directora del Colegio Claret de Madrid, Camino Rodríguez de Sadia, explicó en rueda de prensa que la agresividad es mayor entre el alumnado tras el covid, sobre todo “malas contestaciones y desacato a la autoridad; han perdido una parte importante de su vida que no van a recuperar y no saben como adaptarse, aunque poco a poco se va normalizando”. En cuanto a la mayor indiferencia del profesorado señaló que esto repercute de modo negativo en la labor docente: “Aquí no te puedes desvincular, no puedes ser fría, la escuela pide más que estar en una clase o transmitir conocimientos”.


La mayor indiferencia se acentuó en los últimos años por los cambios legislativos o la atención a la diversidad, señaló la directora de la Fundación SM, Mayte Ortiz. Mientras que hace quince años, un 60% afirmaba esforzarse pese a los problemas y, en ocasiones, estar ilusionado, en la actualidad el 40% manifiesta vivir todo con indiferencia. La ilusión desciende del 32% al 24% y el cansancio aumenta del 2% al 13%.


Los que llevan entre 21 y 30 años en la profesión son los más ilusionados, pero también los más cansados. Mantener la motivación es uno de los aspectos más difíciles en la docencia, junto con la administración del tiempo para cumplir con la programación y la dificultad para interesar al alumnado, explicó Pérez.


Las fuentes de estrés son múltiples: ser intimidado por el alumnado (31%), adaptar las clases a las Necesidades Educativas Especiales (28%), atender al bienestar y la salud mental (28%), ser considerados responsables del aprendizaje (26%), atender las demandas de las familias (25%), no disponer de tiempo o mantener la disciplina (20%); demasiadas clases (18%); exceso de burocracia (13%) y demasiado que corregir (13%). 

Dos de cada cinco profesores pisan el aula con indiferencia y distanciamiento

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