La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 14 de junio como la fecha para celebrar el Día Mundial del Donante de Sangre. El objetivo de este día es mostrar agradecimiento a los donantes, voluntarios y no remunerados, y crear conciencia sobre la necesidad de llevar a cabo donaciones de forma regular “para garantizar la calidad, seguridad y disponibilidad de sangre y sus productos”, de acuerdo con lo expuesto por la organización en un comunicado.
En una nota de prensa, la OMS recuerda que estas donaciones son clave para todos los pacientes, pero en especial para aquellos que requieren recibir, de forma periódica, transfusiones de sangre. Algunos ejemplos son las personas afectadas de anemia falciforme o talasemia, explican.
De acuerdo a los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, en España se produjeron 1.721.087 donaciones de sangre, de 1.145.886 donantes durante 2022; de estos, el 15,6% fueron donantes por primera vez. Esto se traduce en 1,5 donaciones por persona y una ratio de 36,27 donantes por cada 1.000 habitantes. Esto ha facilitado llevar a cabo, el pasado año, 1.850.000 transfusiones y atender a cerca de 496.000 pacientes.
A pesar de la importancia de este gesto, según lo expuesto por Cruz Roja en su web, únicamente el 5% de los potenciales donantes lo hace. Entre otros motivos, como desconocimiento o miedo, desde la institución achacan a los mitos extendidos sobre esta práctica dicho porcentaje. En este artículo desmentimos los más extendidos.
No puedo donar si tengo tatuajes o me estoy medicando
Falso. Con tatuajes o medicación sí que se puede donar, pero con matices. Tienen que haber pasado por lo menos cuatro meses para poder donar sangre después de hacerse un tatuaje o un piercing. Hay tratamientos compatibles con la donación, como las medicinas analgésicas, antihistamínicas, para la tensión o, entre otras, ansiolíticas: “Por lo general, tomar estos medicamentos no imposibilita la donación. Por lo cual siempre aconsejamos que ante la duda consulten al médico que encontrarán en la unidad de donación”.
La menstruación o la tensión alta son impedimentos
Falso. A pesar de la menstruación, si la donante está en buen estado, puede donar. Y en el caso de que en el momento de la donación la tensión esté regulada por la medicación, se puede donar; “para asegurarnos la mediremos en la unidad, al igual que la hemoglobina”, exponen desde Cruz Roja.
Si tengo colesterol alto o soy fumador no puedo donar
Falso. El colesterol, apuntan desde la entidad, es irrelevante a la hora de donar, si bien recomiendan vigilarlo para una buena salud. El tabaco tampoco es óbice para esta práctica, pero habría que “esperar al menos dos horas para evitar mareos” tras haber donado.
Hay que ir con el estómago vacío
Falso. No hace falta tener el estómago vacío para donar, “la gente suele confundir los análisis de sangre (los cuales sí se deben hacer en ayunas) con la donación”, señalan. Y, además, esta la realiza “cada uno siempre que quiera y pueda. Los hombres pueden donar hasta cuatro veces en un año y las mujeres, tres (dejando pasar dos meses entre una donación y otra)”.
Lo que sí es impedimento es haber padecido hepatitis B o C, pero la hepatitis A, vírica, no, una vez las personas se hayan recobrado.
He pasado la COVID-19, no puedo donar
Como ya desmentimos en INFOVERITAS en este artículo, haber pasado la COVID-19 no es un criterio excluyente para poder donar sangre. La principal vía de transmisión del coronavirus es la aérea.
Las personas de más de 65 años no pueden donar
Este mito tiene un matiz. De forma general, los requisitos para donar sangre son tener un buen estado de salud, entre 18 y 65 años y pesar más de 50 kilos, confirman las doctoras Carmen Muñoz, directora del Centro Regional de Transfusión de Toledo, y Ana Arruga, responsable de Fraccionamiento, Distribución y Control de Calidad del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid. “Por encima de los 65, los donantes habituales, bajo criterio de nuestro médico de colecta, si se encuentran bien pueden segur donando hasta los 70”, especifica la doctora Muñoz.
Para donar hay que estar en buen estado de salud: la población general sin ninguna enfermedad grave diagnosticada puede ser donante, continúa la facultativa de Toledo. “Nos aseguramos de que tenga una correcta tensión arterial o, por ejemplo, de que no padezcan anemia, en el momento de venir a consulta”, continúa. Se realiza, a los potenciales donantes, un cuestionario sobre hábitos de riesgo, como los sexuales, que contraindicarían la donación.
Esto lo confirma la doctora Arruga. El paciente cumplimenta un cuestionario previamente a donar. En este examen “se revisan situaciones de la vida cotidiana que pudiesen excluirlo, como tratamientos que pudiera estar tomando, viajes a ciertos países que tienen enfermedades endémicas que no son habituales en nuestro país…”. La doctora Muñoz profundiza, en este sentido, al señalar que haber estado en países endémicos de, por ejemplo, enfermedad de Chagas o paludismo supone que hay que hacer pruebas especiales, además de las habituales.
Los test comunes a la hora de donar son la determinación del grupo sanguíneo, el VIH, hepatitis B y C y sífilis. “Y si se suma la estancia en un país de riesgo, la detección del chagas, el paludismo y el HTLV (siglas en inglés de virus linfotrópico de células T humanas).
Como se necesita sangre, no hay criterios excluyentes
Falso. Existen algunos factores excluyentes de una donación, como enfermedades neurológicas o cardiovasculares graves. “Todo lo que pueda suponer un riesgo para el propio donante y para el receptor. Esos son los dos criterios: no hacer daño al donante y proteger al receptor, sobre todo de enfermedades transmisibles por transfusión, es decir, las infecciosas. Todo lo que sea infeccioso contraindica la donación”, apunta la doctora Muñoz.
Por su parte, la facultativa de Madrid insiste en esta información al decir que han de ser excluidos aquellos donantes que presenten situaciones en las que pueda existir un riesgo para ellos mismos o para los pacientes que fueran a recibir las donaciones. “Excluimos a aquellos que toman tratamientos que puedan ser un riesgo para el receptor, a aquellos que han hecho viajes a determinados países y que pudieran, sin saberlo, transmitir enfermedades o a aquellos que han sido intervenidos quirúrgicamente o se han hecho técnicas ‘invasivas’, como un piercing o un tatuaje”, destaca. No obstante, muchas de estas exclusiones son “‘transitorias’”, señala, y el donante puede donar más adelante, cuando se entiende que el peligro de que algo pudiese pasar percibido ya haya pasado.
Si soy de un grupo sanguíneo negativo no puedo donar
Falso. El principal grupo sanguíneo es el AB0, que se distribuye en A, B, AB y 0, y cada uno puede ser Rh positivo o negativo. Hay, en total, ocho grupos sanguíneos, explica Arruga. “Son los antígenos de superficie de los glóbulos rojos, o eritrocitos, los que distinguen los grupos”, apunta Muñoz.
De esta forma, los pacientes que tienen el antígeno A en la superficie son del grupo A; los que tienen el B, del grupo B; los que tienen en AB, del grupo AB y los que no tienen ni A ni B, del grupo 0. “Con el Rh pasa lo mismo, las personas con el antígeno D del grupo Rh son Rh positivos y los que no lo tienen, negativos”, profundiza.
La diferencia está en los antígenos que tienen los hematíes de cada uno de los grupos en su superficie, informa Arruga. Esto implica que una persona que no los tiene puede desarrollar anticuerpos frente a esos antígenos que le son extraños “y presentar una reacción transfusional. Sería algo así como el rechazo de un trasplante”.
Cada paciente puede recibir sangre del mismo grupo que tiene y todos los que son compatibles. “Es decir, que no tengan antígenos que la persona no tiene. Por ejemplo, un paciente de grupo A o B puede recibir, además de sangre de su grupo, sangre de grupo 0”, asevera la facultativa de Madrid.
Hay un tipo de donante universal
Verdadero. En este sentido, tanto Muñoz como Arruga coinciden en señalar que el grupo sanguíneo “universal” es el 0 negativo. Este no presenta antígenos del sistema AB0 ni el antígeno D, el del sistema Rh. Esto es así en cuanto a concentrado de hematíes, puntualiza la doctora de Toledo. “Sin embargo, en plasma el donante universal es el AB, porque estas personas no tienen anticuerpos antiA o antiB en el plasma”, concluye.
Para recibir sangre, continúa, los bancos de sangre y los centros y servicios de transfusión tienen que seguir estrictamente las reglas de compatibilidad de los grupos sanguíneos. Cuando se realiza una donación de sangre total se fracciona en concentrados de hematíes, plaquetas y plasma, “y las compatibilidades para los concentrados de hematíes son las inversas que las del plasma, porque lo que tenemos en la membrana del eritrocito es lo contrario de lo que tenemos en el plasma”. Por ejemplo, una persona del grupo A tiene en plasma antiB, pero no antiA, porque si no memorizaría sus propios hematíes. “Este juego de antígenos y anticuerpos es el que determina la compatibilidad de los grupos sanguíneos”, asevera.
Puedo donar todos los meses
Falso, con una excepción. El criterio general para la donación de sangre total establece una limitación de cuatro veces al año en hombres y tres en mujeres. Y en el caso de la donación por aféresis, hasta 24 al año, con un máximo de dos veces por semana, explica la doctora Arruga. Este tipo de donación, también conocida como selectiva, consiste en la donación de uno o varios componentes de la sangre, como glóbulos rojos, plasma y plaquetas, de acuerdo con lo expuesto por el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid en un comunicado.
“Si todos donásemos dos veces al año, las reservas estarían garantizadas”, afirma la doctora Muñoz. La media de donaciones es de 1,5 por donante al año, aporta, lo que coincide con el dato del Ministerio de Sanidad. “Si todos donásemos ese poquito más, estaría perfecto. Luego cada uno es libre de acudir cuando puede”.