Las infecciones de transmisión sexual (ITS) llevan dos décadas en continuo aumento y, solo en un año, algunas como la gonorrea y la sífilis se dispararon hasta el 67%; en lo que va de verano se notó un nuevo repunte, que deja un incremento desde primeros de junio cercano al 60%.
“Las ITS reflejan el comportamiento humano”, resumió Jordi Casabona, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, que añadió: “hay una opinión generalizada de que son infecciones banales que se curan con relativa facilidad con antibióticos, por lo que no hay alarma social por parte de los pacientes ni interés de la industria ni priorización política”.
Aparte de los hábitos y la baja percepción del riesgo, “el tema asistencial influye mucho”, y a la falta del despistaje de las enfermedades y de un circuito protocolizado para atender los casos, se une la descoordinación del sistema sanitario y la heterogeneidad de atención según la comunidad, denunció José María Molero, del grupo de Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria.
Tampoco es cuestión de “alarmar a la población, lo que hay que hacer es informarla y educarla, porque una parte muy importante del problema es que la gente no sabe que estas infecciones están ahí”, añadió Irene Fuertes de la Vega, coordinadora del Grupo de Investigación de ITS y VIH de la Asociación Española de Dermatología.
Hasta el 6 de agosto, los datos aún no consolidados del último boletín semanal de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, revelan una escalada del 57% de casos de gonorrea (de 6.471 a 11.222) y del 67% de sífilis (que pasaron de 3000 a 4.473) respecto al mismo período de2022.
Buena parte se concentraron en los meses de verano, ya que a primeros de junio había 6.153 casos de infección gonocócica y 2.650 de sífilis, lo que arroja un incremento en dos meses del 54,8% y del 59,2%, respectivamente.