Asociaciones y colectivos feministas críticos con la ley trans han denunciado este jueves que en los centros de Atención Primaria pueda preguntarse por "el sexo asignado al nacer" o la "identidad de género", un lenguaje que tachan de "acientífico" e incompatible con la biología y la ciencia.

Según señalan en un comunicado remitido por la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, son preguntas incluidas en el documento "Condicionantes sociales y del contexto familiar que sería recomendable incluir en la historia de salud digital", incluido en el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023.
Las asociaciones, entre las que se encuentran la Fundación Mujeres, la Federación de Mujeres Progresistas y Mujeres Juristas Themis, consideran que el uso de esas expresiones como indicadores viene impulsado por "una creencia transgenerista/transhumanista que pretende introducirse en el sistema sanitario, un pilar fundamental del Estado Social y de Derecho".

A su juicio, es "extraordinariamente grave" que el Ministerio de Sanidad promueva que las bases de datos de los centros de salud y hospitales puedan utilizar un lenguaje "acientífico" que "introduce términos incompatibles con la biología y la ciencia".

El sexo, subrayan, es el conjunto de diferencias biológicas, anatómicas y fisiológicas de los seres humanos que los definen como hombres o mujeres.

El documento en cuestión, en el que han participado expertos de todas las comunidades autónomas y sociedades médicas y científicas, plantea la necesidad de registrar los principales condicionantes sociales y de contexto familiar que pueden influir en la salud de las personas.

Se planten preguntas sobre edad, sexo, identidad de género, orientación sexual, migración y origen, clase social, territorio, discapacidad y dependencia, y contexto social y familiar, y se advierte de que solo se podrán registrar los datos acordados y consensuados con la persona atendida que aportan información necesaria para su "abordaje biopsicosocial". 

En ello insisten fuentes de Sanidad consultadas por EFE, que subrayan que solo se registrarán los datos previamente acordados con la persona: si esta no quiere, no aparecerán.

Además, puntualizan que las historias de salud digital, que ya contienen muchos de los datos que recoge el documento, son además una herramienta de acceso restringido, sometida a importantes medidas de seguridad.

El sexo que aparece en ellas es el DNI, con lo que si una mujer cambia de sexo, en la historia aparecerá como hombre, y esto resulta esencial saberlo para cuestiones como el cribado de cáncer de cérvix o mama.