La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) rechazó de plano este viernes que los médicos residentes (MIR) de último año (R4) sean usados este verano para cubrir las vacantes “debido a una planificación insuficiente” que viene siendo recurrente de los recursos humanos.
En un comunicado, Semfyc insistió en que los MIR que acaban este año su residencia deben completar su programa formativo en sus respectivos centros de salud, según lo estipulado en el programa de la especialidad.
“Nos encontramos ante la misma situación de mala planificación de los recursos humanos a la que cada año se enfrentan el conjunto de dispositivos del Sistema Nacional de Salud en el periodo estival”, censuró la sociedad científica.
Este año, los MIR, en vez de terminar su formación en mayo, lo harán en septiembre debido al retraso en el proceso de elección de plazas de residencia que provocó la pandemia, algo que “no se trata de una situación de excepcionalidad y de urgencia no prevista, se lleva avisando de esta coyuntura desde hace tiempo”.
Aunque los R4 “están altamente capacitados, necesitan y merecen” finalizar su formación en los centros de salud docentes a los que han estado asignados durante todo su periodo de especialización.
Legalmente, la duración de la residencia está fijada en el programa formativo de la especialidad, y el contrato del residente es incompatible con otros o con una actividad asistencial fuera de los entornos docentes, advierte.
Además, quiere dejar claro que los 1.761 R4 que están adscritos a las unidades docentes de Medicina Familiar y Comunitaria representan “un minúsculo porcentaje del conjunto de profesionales Atención Primaria”, por lo que la gestión estival de los recursos humanos “no puede quedar supeditada a la incorporación de este pequeño colectivo”.
“En este momento crucial de su formación, los R4 no deben enfrentarse a la presión innecesaria de aceptar un contrato o situaciones laborales de dudosa legalidad”, abunda. Semfyc apela además a no seguir tolerando situaciones que han sido recurrentes en veranos anteriores, como las contrataciones de recién egresados que incumplen la legalidad vigente, o de personas sin especialidad para cubrir plazas y tareas profesionales para las que es necesario estar homologado con la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria.
También es ilegal contratar, alerta, profesionales sin especialidad o no homologados en entornos docentes y que compartan asistencia con los residentes o sin conocimiento del idioma.
“Los ciudadanos se merecen la mejor atención sanitaria y la continuidad asistencial de los profesionales que les atienden”, concluyó.