El Ministerio de Transportes otorgó 103 millones de euros en ayudas de los fondos europeos a 69 colegios de toda España para la rehabilitación energética de sus edificios, según datos del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (Pirep).
Esta cantidad supone la mitad del presupuesto previsto para el plan de “adaptación climatológica” de los colegios anunciado en 2022 por la ministra de Educación, Pilar Alegría, que finalmente no gestionó este departamento, y que, según avanzó la dirigente socialista, estaría dotado con más de 200 millones.
Educación no llegó a lanzar y a gestionar este plan de adaptación climatológica ya que el Gobierno habilitó, a través de los fondos europeos que gestiona el Ministerio de Transportes, dos programas, uno dirigido a comunidades y otro a entidades locales (Pirep autonómico y Pirep local), para la reforma y mejora de la eficiencia energética de edificios públicos, entre los que se incluyen los centros escolares.
Así, fueron las entidades locales y las comunidades las que solicitaron a Transportes las partidas para la adaptación climatológica de sus edificios públicos, por lo que Educación no transfirió dinero para ello, según fuentes del departamento que dirige Pilar Alegría, que precisaron que se optó por esta fórmula porque era “más operativa y más ágil” y, además, había más dinero que el que podía destinar Educación.
De los 103 millones de euros destinados a la rehabilitación energética de los colegios, 70,4 millones fueron para 44 colegios de las comunidades y 32,5 millones de euros para 25 colegios de las entidades locales. Los colegios que más dinero recibieron a través de los dos planes fueron los madrileños, con nueve centros de la comunidad beneficiados, seguidos de los 24 colegios gallegos y los diez colegios andaluces. Además, recibieron ayudas siete colegios de la Región de Murcia, cinco de Cataluña, cuatro colegios en Asturias, País Vasco, y Castilla y León y, por último, un colegio de las Islas Baleares.
La concesión definitiva de las ayudas implica que, una vez finalizada la rehabilitación, los edificios deberán destinarse a uso público durante al menos 20 años y generar importantes ahorros en su consumo de energía.
Esta inversión garantiza, además, una reducción de más del 30% del consumo de energía primaria no renovable, mejoras en la accesibilidad, la habitabilidad e impulsar la conservación del parque edificatorio.
Los fondos europeos financian hasta el 100% de los costes de las actuaciones encaminadas a reducir el consumo de energía primaria no renovable, y en el caso de las complementarias se subvenciona el 85% de los costes.
El Pirep busca contribuir a luchar contra el cambio climático, mejorar la calidad de vida y solventar “importantes carencias” del parque edificado público relativas a cuestiones de habitabilidad, como pueden ser el confort acústico deficiente, la calidad del aire en el interior del edificio, los problemas de accesibilidad y la mejora de distribuciones obsoletas con las nuevas formas de trabajo.