Un total de 51 migrantes de origen subsahariano desaparecieron en el Atlántico al volcar un cayuco cuyos restos fueron localizados este lunes por un mercante a unos 110 kilómetros de El Hierro (Canarias) con solo nueve supervivientes, rescatados por un helicóptero de Salvamento.

El cayuco fue avistado a primera hora por un petrolero en ruta desde Brasil a Cartagena, el ‘Beskidy’, que alertó por radio de que estaba semisumergido, lo que hizo que se enviara en su ayuda al helicóptero de rescate con base en Tenerife, así como a la Salvamar de El Hierro y a una patrullera de la Guardia Civil.

El ‘Helimer 206’ recogió sobre las 09.35 horas a las nueve personas que quedaban a bordo, aferradas como podían a una embarcación ya hundida en su mayor parte, de la que dolo sobresalían del agua parte de la proa y una especie de castillo en popa.

En una imagen tomada por la tripulación del helicóptero se podía apreciar a una persona tumbada en la popa del cayuco, en la parte más elevada sobre el mar, a otra de pie en proa y se intuía a otras detrás de esta última, también en la parte delantera. Según informaron fuentes de los servicios emergencia, los supervivientes relataron a los rescatadores del Helimer, primero, y a las asistencias de tierra, después, que llevaban dos días en esa situación.

De acuerdo con lo que contaron en el aeropuerto de El Hierro al recibir las primeras asistencias médicas, el cayuco salió hacía nueve días con 60 personas a bordo hacia Canarias desde M’Bour (Senegal), a unos 1.500 kilómetros de El Hierro, y volcó en su séptimo día de navegación. 

Los supervivientes, todos hombres, son los únicos que lograron mantenerse a flote, dar la vuelta al cayuco y subirse a sus restos. De las 51 personas que se quedaron en océano solo hubo un testimonio: uno de los rescatados aseguró que entre ellos no había mujeres ni niños.

Los rescatados fueron trasladados al Hospital de Los Reyes, en Valverde, donde fueron atendidos de dolencias leves, la mayoría relacionadas con deshidratación y dolores abdominales. 

La Salvamar ‘Adhara’ navegó hasta el lugar del naufragio y comprobó que en el cayuco no quedaban cuerpos, ni tampoco en las aguas a su alrededor. Su tripulación consideró inviable remolcar los restos a tierra y regresó a su base en el puerto de La Restinga.