Sevilla, cuna de la lotería

Sevilla, cuna de la lotería

No es este el mejor día para intentar entrevistar al postero sevillano Valentín Pinaglia, que tiene marcado en su calendario el 21 de diciembre como el día en que más periodistas le visitan, una “tasa” que paga con gusto por ser el gerente de la administración de Lotería más antigua de España, en Carmona (Sevilla), rozando ya los 260 años de vida.
 
No es el mejor día porque el trasiego de gente es continuo, ya sea para cobrar algunas cantidades de premios que han caído en estos días o para liquidar con un proveedor, pero Pinaglia sabe que tiene a su cargo no solo un local de venta de boletos, sino una institución, creada a raíz de una orden del marqués de Esquilache en 1763, cuyo primer punto de venta en todo el territorio español se instaló en un rincón de la provincia de Sevilla.
 
Allí, en el número 9 de la calle San Pedro de Carmona funciona la administración llamada Virgen de Gracia, que tiene su origen en los meses finales de 1763, cuando Leopoldo de Gregorio y Masnata (1699-1785), el citado marqués, que entonces era ministro de Hacienda del rey Carlos III, implantó lo que entonces era un nuevo juego en territorio español, que se denominó Lotería Real.
 
Solo pasaron unos meses y abría el primer punto de venta de este nuevo juego, precisamente en Carmona, donde los vecinos son más que conscientes de que cuando acuden a comprar décimos a Pinaglia están adquiriendo un trozo de la historia de este país, como se palpa en el ambiente de la cola para acceder a la administración, en cuya puerta el árbol de Navidad no tiene sus típicas bolas, sino décimos de sorteos pasados que lo adornan por todos lados.
 
Valentín lleva desde 2007 al frente de esta oficina, y pertenece a la sexta generación de su familia que se encarga de esta labor, que casi se ha ido heredando de padres a hijos, y no oculta, en declaraciones a EFE, que para él es “una gran responsabilidad, sin duda pero también un orgullo llevar adelante un establecimiento con tanta historia”, de modo que pide que se imagine lo que para él supone tener a sus espaldas un negocio de esta importancia histórica.
 
Además, aunque, lógicamente, la mayoría de sus clientes son vecinos de la misma Carmona, su administración es casi un punto turístico más de este municipio sevillano, que anda en estos días intentando que todo su casco histórico, con tesoros por todos lados de su pasado árabe y romano, pasen a ser parte de la lista de bienes del Patrimonio Mundial de la Unesco.
 
Afirma el postero que, desde que salen a la venta en pleno verano los primeros décimos navideños, “no paran de llegarnos las peticiones”, y se muestra especialmente sorprendido de que “nos llegan clientes desde lugares como Alemania, pero además de toda Suramérica”, con lo que la suerte que reparte termina en casa de argentinos, peruanos, colombianos o ecuatorianos.
 
Eso sí, si hay algo en lo que coincide con el resto de las administraciones de toda España es que este 21 de diciembre es imposible encontrar un número que acabe en 13, con la premisa de que sí hay un 13.035 del que quedan un par de décimos en su ventanilla, una rareza a estas alturas, y más teniendo en cuenta que se ha podido comprar a solo unas horas de devolver a Loterías y Apuestas del Estado los billetes que se queden sin vender.
 
En el caso de la administración decana tiene su explicación, ya que el 3 de diciembre de 1988, el 42.013 dejaba en el pueblo 750 millones de pesetas, y eso se une a que, cuando abrió, la administración estaba en el número 13 de la calle Vendederas de Carmona, de modo que estos dos dígitos son los primeros que vuelan nada más comenzar la venta de la lotería más ilusionante del año.

Sevilla, cuna de la lotería

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