"Bill siempre solía decir que lo mejor de Microsoft es que se puede trabajar a tiempo parcial. Tú podías elegir qué 12 horas pasabas en la oficina". "Paul Allen siempre quería ver a Bill borracho o a Bill fumado (...) La noche en la que me emborrachó con whisky no me quería ir a casa, así que terminé durmiendo en la capilla de la escuela".
Cuando uno piensa en Bill Gates y en la historia de Microsoft, suele imaginar algo bastante aburrido. Un relato lleno de ingenieros informáticos y 'frikis' de los ordenadores que consiguieron llegar a lo más alto anticipándose a lo que estaba por venir y montando casi un monopolio. Su recorrido se suele relacionar más con el de otras empresas 'poco atractivas' como IBM que con las inspiradoras Apple o Facebook, pues al final Microsoft solo es 'software'. Pero detrás del calculado camino del que fue el hombre más rico del planeta durante varios años y de su gran creación, hay una desconocida historia que se aleja de los clichés. Y las citas del primer párrafo dan prueba de ello.