El Fabril es un niño rebelde

El Fabril es un niño rebelde
Borja Domingo marcó dos de los cuatro goles del filial deportivista frente al Choco patricia g. fraga



Ese niño rebelde e inteligente que tarda en hacer los deberes, ese niño rebelde y, si quiere, educado que rompe un cristal en casa por travieso. El Fabril es inteligente y educado, pero también rebelde y travieso. Tarda en hacer los deberes, pero tiene capacidad para hacerlos a la perfección. Dejarlo todo para última hora no es recomendable. En cambio, al profe Cristóbal Parralo le salió bien la jugada ante el Choco. El Fabril perdía por 0-2 a la media hora, pero fue capaz de arreglarlo ante un rival al que le faltó gasolina y que acabó el partido con ocho jugadores.
Dos aproximaciones en forma de remate, el primero de Borja Domingo en el área pequeña y el segundo de Lucas, con la punta de su bota, tras un balón muerto. El Fabril inquietó lo justo en la primera media hora y el Choco cumplió a rajatabla la ley del buen visitante.
El artículo 1 tiene que ver con el contraataque. Si el equipo local lleva la iniciativa a través de la posesión, el visitante debe estar preparado para esperar un error, recuperar la pelota y atacar rápido. Una magnífica jugada individual de Oki por la banda izquierda terminó con un pase sobre la frontal del área. Félix dejó pasar el cuero y Róber, entrando en diagonal, golpeó raso, buscando el palo derecho.
El artículo 2 defiende con rigor las acciones a balón parado, tanto ofensivas como defensivas. El Choco, que ya había encontrado un remate en un saque de esquina, explotó al máximo una de esas acciones, en este caso una falta lateral, para hacer el 0-2. Gabi Misa, con un balón botado desde la izquierda, metió su guante derecho para dirigir el esférico al punto de penalti. Allí apareció un Yago que, tras zafarse de la marca de Monsalve, conectó de volea para colar la bola en la portería.
Muy cuesta arriba. El partido se convertía en una prueba contrarreloj para el Fabril, que tenía una hora por delante para revertir la situación. Lo mejor que le pudo haber pasado fue encontrarse, cuatro minutos después del 0-2, con el tanto de Monsalve desde la frontal. El central madrileño se incorporó al ataque y, con un zurdazo ajustado al palo, rubricó el 1-2.
Si en el primer tiempo, el Choco, en el que destacó por encima del resto el mediapunta Comis por su carácter y descaro, compitió de tú a tú con el Fabril, en la segunda mitad el filial fue netamente superior a un adversario justo de fuerzas y sin grandes soluciones de refresco en el banquillo.
Borja Domingo empezó a condenar al Choco a los cinco minutos del segundo tiempo. Un centro chut un tanto extraño de Pinchi, que entraba por la banda izquierda, se encontró el pecho del delantero valenciano prácticamente en línea de gol. Solo tuvo que acompañar su cuerpo para que la pelota acabase en la red.
Si Borja Domingo fue el protagonista a nivel goleador, su tocayo Borja Galán fue la pesadilla del Choco. Tirado a la banda derecha, el extremo madrileño confirmó ser el futbolista más desequilibrante y veloz del equipo en el día de ayer. Pinchi, impreciso, no estuvo, ni de lejos, a su nivel. Galán cabalgó por la derecha tras apoyarse en Corredera y puso un centro medido para que Borja Domingo, en el primer palo, rematase (3-2) al fondo de las mallas.
Parecía que le iba a costar, pero el Fabril no tardó ni media hora en hacer los deberes. Al 3-2 le siguió la expulsión del visitante Gándara por una agresión y un disparo al palo de Borja Domingo tras un mano a mano con Cortegoso. Por si no estuviese clara la victoria deportivista, en el minuto 88, el árbitro expulsó, con doble amarilla, a Róber. La lesión de Alberto Rey dejó al Choco con siete jugadores de campo para disputar los últimos compases de partido en los que, como era de esperar, le cayó un gol más al conjunto redondelano. Borja Galán puso el broche a su gran partido con el 4-2 y el niño rebelde aprobó el examen.

El Fabril es un niño rebelde

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