En el lapso de dos días, dos familias residentes en un mismo edificio de la calle de Barcelona recibieron la visita de dos encapuchados que, armados con una pistola, les exigían a gritos la entrega de una droga que supuestamente adeudaban. Ocurrió en diciembre de 2009 y en los próximos meses, tanto los dos asaltantes –ambos venezolanos–como otros tres detenidos como miembros de la misma banda serán sometidos a juicio en la Audiencia Provincial, acusados de dos intentos de robo con violencia.

Simularon ser mensajeros que acudían para entregar un paquete

Pese a que solo dos son los autores materiales, a todos se les vincula con los golpes fallidos en los dos pisos, y por ellos se piden hasta siete años de prisión para cada uno. Además, para tres de los detenidos se solicitan dos años y cinco meses más por un delito de tenencia ilícita de armas que tiene que ver con los dos revólveres que fueron decomisados en el curso de la operación.

Aunque la Fiscalía no lo menciona en su escrito de acusación, de las declaraciones recabadas durante la instrucción se extrae que los asaltantes acudieron por primera vez al inmueble a intentar saldar la deuda por equivocación. Timbraron en el primer piso simulando ser repartidores de mensajería pero, al abrirles la puerta un hombre de avanzada edad, descubrieron que no era la persona a la que buscaban. Dos días más tarde, regresaron al edificio, y esta vez timbraron en el segundo piso, con el mismo pretexto: entregar un paquete.

 Entraron en dos viviendas de la calle
de Barcelona, en una por equivocación

huida

En los dos casos los asaltantes esgrimieron un arma de fuego para coaccionar a sus víctimas, pero no está acreditado que lograran obtener ningún botín en ninguno de los casos. Según se recoge en el informe provisional del Ministerio Público, los gritos de los residentes obligaron a los delincuentes a desistir.

Huyeron, según esta fuente, en un coche que les esperaba cerca del portal, y que estaba conducido por otro de los acusados, pero la Guardia Civil interceptó el vehículo utilizado la noche siguiente, cuando circulaba por una calle de la localidad de Cambre. El conductor, ciudadano español, fue detenido.

Tal como se indica en el escrito de acusación, en aquella misma calle tenía residencia otro de los supuestos implicados, este de origen colombiano.